Estoy de acuerdo con Enrique Alfaro Ramírez cuando declaró hoy a los reporteros sobre su cuestionable consulta sobre ratificación de mandato, ejercicio que se ha ganado a pulso infinidad de críticas. Esto dijo:
“Si es pura publicidad, si deveras es pura campaña (…) que se anime el gobernador, lo reto a ver si eso le parece publicidad. Que Aristóteles, que Peña Nieto le pregunten a sus gobernados si los aprueban o no y a ver qué pasa…”.
Si, hubiera sido bueno que tanto Aristóteles Sandoval como Enrique Peña Nieto se hubiesen comprometido a someterse a la aprobación o no de sus gobernados, pero nunca lo hicieron y ni lo harán. Vamos, simplemente el “hubiera” no existe. Lo que existe es el compromiso de Alfaro y sus compañeros alcaldes de su partido Movimiento Ciudadano de someterse a esta consulta que debió de haberse efectuado a la mitad de su trienio, o sea en abril pasado, pero que la pospusieron para meses después -dicen que para agosto-, sacarle mayor ventaja.
Sus adversarios dicen que la pospusieron para promoverse, para hacerse más publicidad, a costa del erario público, pues gastarán varios millones de pesos en Guadalajara, Zapopan, Tlajomulco, Tlaquepaque, Zapotlanejo y Juanacatlán, simplemente para preguntarle a la gente si quieren que el respectivo alcalde continúe o no en el cargo.
El problema con Enrique Alfaro es que gastará varios millones de pesos en una consulta cuyo resultado él no le hará caso. Y es que al ser una consulta organizada por su propio gobierno, despierta desconfianza, sospechas y suspicacias.
Pero más allá de ésto, resulta que si la mayoría de los votantes le dicen a Enrique Alfaro que continúe al frente del gobi9erno municipal, él los “mandará al diablo”, pues pese a lo que diga todo mundo sabemos que solicitará licencia en los próximos meses para ser candidato de su partido Movimiento Ciudadano a la gubernatura.
Vamos, ya hasta tiene decidido quién lo sustituirá de manera interina.
Pero que conste que eso no lo digo yo ni lo ha inventado nadie. El propio Enrique Alfaro lo confesó ante los vecinos de la colonia Lomas del Gallo cuando aseguró: “Yo me iré dentro de pocos meses…”, luego de afirmar que “no voy a aspirar a ningún cargo más, a ningún ‘hueso’, si no salgo con dignidad de mi trabajo como presidente de este municipio…”.
Si Alfaro ya confesó que se va dentro de pocos meses no es porque sabe que en su consulta mayoritariamente se lo pedirán los tapatíos. No, lo confesó porque digan lo que digan los ciudadanos, él se irá para buscar otro “hueso”. Eso lo sabemos de antemano, aunque él nos quiera hacer creer lo contrario.
Por eso creemos que no necesita gastar millones de pesos del erario público en su famosa consulta porque finalmente hará lo que tiene proyectado desde que contendió, primero, y luego ganó la presidencia municipal: solicitar licencia para ser candidato al gobierno del Estado por obra y gracia de su voluntad.
Y si no, al tiempo.