Primer Acto: En campaña prometen que el futuro Contralor Municipal será evaluado y aprobado o propuesto por las diversas Universidades, pero a final de cuentas el presidente municipal lo impone sin consultar a nadie.
Segundo Acto: En Guadalajara el alcalde Enrique Alfaro emprende el programa “Banqueta limpia” con el propósito de retirar  todo obstáculo a los peatones, programa que se anuncia adoptará también Zapopan, pero tanto Alfaro como Jesús Pablo Lemus, acompañados de su homólogo de Tlajomulco, Alberto Uribe, saborean unas ricas tortas ahogadas en un negocio cuyas mesas en plena calle obstruyen la mitad de la banqueta (atrás de la tienda Sears de la Av. 16 de Septiembre).
Tercer Acto: Se anuncia con “bombo y platillo” el convenio de colaboración para impulsar políticas asistenciales con impacto metropolitano entre los DIF’s municipales, pero solamente de los gobiernos surgidos del Partido Movimiento Ciudadano y se ignora al de Tonalá de extracción priista.
¿Cómo se llamó la obra?
1. “Hágase la voluntad de Dios en los bueyes de mi compadre…” o 2. “Entre (y para) puros cuates…”.
O pónganle ustedes el título que mejor les parezca, pero los tres anteriores actos no dejan bien parados a los gobiernos alfaristas y sus promesas, compromisos y actos, pues demuestran que una cosa es lo que dicen y otra es lo que hacen. Valga subrayar en su descargo que esto no es propio de estos nuevos gobiernos sino algo común de todos los gobiernos municipales y estatales del color que sean, y que lo podemos sintetizar en una famosa frase que destacó durante las pasadas campañas electorales: #TodosSonIgual.
Sobre el primer “Acto”, el de los contralores municipales que fueron impuestos por los alcaldes del Partido Movimiento Ciudadano como siempre lo hicieron y han hechos sus antecesores del PAN y del PRI (#TodosSonIguales), ya mucho se dijo y escribió en su momento, pero ahí queda como una “mancha” en la integración de los gabinetes municipales del partido naranja y como una de los compromisos de campaña ya no cumplidos.
Sobre el “Segundo Acto” habrá que preguntarse si el programa “Banqueta Limpia” será estrictamente dirigido a todos aquellos automóviles que obstruyan el paso peatonal en las banquetas o se refiere a TODO aquello que obstaculice el andar de los peatones, como podrían ser las mesas de un negocio de tortas ahogadas, por muy sabrosas y famosas que sean. Y es que hasta el momento el Ayuntamiento de Guadalajara únicamente ha informado de los cerca de 900 apercibimientos que se han hecho a automovilistas pero no a negocio alguno que es igual o más estorboso que un vehículo.
Y que conste que nada hay en contra de “El Principe Heredero” con una antiguedad de más de 50 años y a donde han acudido políticos de todos los “sabores” y colores, pero no entendemos la implementación de un programa que tiene como objetivo “limpiar” las banquetas de cualquier obstáculo para que todas las personas puedan caminar libremente y sin arriesgarse a sufrir un accidente por bajarse al arroyo vial, sin termina por ser selectivo. Tampoco entendemos qué diferencia hay entre un automóvil y un negocio, el que sea, no sólo de tortas, que obstruya el paso por las banquetas.
Un ejemplo de cómo los negocios se han apropiado de las banquetas está en el llamado “corredor gastronómico” de la calle Magisterio, en la zona de la Normal y donde se ubica la Dirección de Pensiones. ¿Ya se actuó ahí?
En fin, este programa “Banquetas Limpias” necesitará de un ajuste o las autoridades municipales tendrán que actuar sin disntingos y sin que necesariamente Mario Silva, el responsable de la movilidad en el municipio, dedique su tiempo a revistar las calles y entregar apercibimientos.
Por último, el “Tercer Acto” destaca por la discriminación que los gobiernos municipales alfaristas hicieron del DIF de Tonalá, municipio que es parte de la zona metropolitana, aunque gobernado por el PRI.
Incluso, extraña que en este convenio que pretende tener impacto metropolitano haya sido invitado el DIF de Zapotlán el Grande -que para nada pertenece a la zona metropolitana de Guadalajara- y sí, en cambio, se haya ignorado también, aparte de Tonalá, al DIF de Zapotlanejo que ya es parte de la metrópoli como se anunció en la Junta de Coordinación Metropolitana que se integró la semana pasada.