Como “balde de agua fría” debió caerle a Enrique Alfaro Ramírez enterarse hoy que de los presidentes municipales metropolitanos del Partido Movimiento Ciudadano… ¡es el peor calificado por sus gobernados!
¡Y por debajo de la alcaldesa de Tlaquepaque, María Elena Limón García…!
Seguramente la única mujer gobernante de la zona metropolitana no pudo evitar que una ligera sonrisa se dibujara en sus labios al tener frente a sus ojos la edición del periódico Mural que, sin embargo, fue muy magnánimo en sus diversos encabezados que hablan de la evaluación que hacen los tapatíos de su alcalde y aspirante a la gubernatura.
El seis (6.0) de calificación que obtiene Alfaro Ramírez en su primer año de gobierno -se cumple mañana-, no es culpa ni de Ramiro Hernández García ni de los demás gobernantes que le antecedieron, como tampoco es responsabilidad de los “medios de comunicación irresponsables que le hacen el juego al sistema” y que solamente se la pasan “friegue, friegue y friegue…”.
No. Esa calificación se la otorgan los tapatíos que acusan que Enrique Alfaro no ha cumplido con la “generación de una polícia de proximidad ciudadana; con calles de calidad, con luz, libres de baches;  con el programa de bebederos en espacios abiertos y edificios públicos; con reducir 15% sueldo el si ganan más de 40 mil pesos mensuales; y con que la nómina no será utilizada para el pago de favores políticos”, según revela la misma encuesta.
Esa pobre y muy baja calificación se la dieron sus gobernados que en un 75 por ciento confesaron que no ha visitado sus colonias; que un 44% calificó de malo/pésimo el combate a la inseguridad pública; y que un 47% consideró malo/pésimo el combate a la corrupción.
Esa calificación se la dieron aquellos tapatíos que también calificaron como “lo peor” de su administración: las obras públicas municipales, con un 5.8; alentar la participación ciudadana, con un 5.8; retiro de autos de banquetas, con un 5.4; la policía/vigilancia, con un 5.4; el avalar edificios vía pago de multas, con un 5.2; la transparencia en los gastos de gobierno, con un 5.1; y -¡obviamente!- la pavimentación y bacheo, con un 4.1.
Esta calificación se la dieron sus gobernados que -al igual que los zapopanos a Jesús Pablo Lemus- colocan a Enrique Alfaro como el peor presidente municipal, en su primer año, de las últimas administraciones, pues el seis que obtiene está por debajo del 6.3 que logró Ramiro Hernández; el 6.4 de Jorge Aristóteles Sandoval Díaz; el 6.1 de Alfonso Petersen Farah; y el 7.0 de Emilio González Márquez.
También en el rubro de servicios públicos -la razón de ser de un Ayuntamiento-, los tapatíos lo colocan en el quinto lugar con un 6.1, por debajo del 6.3 de Hernández García; del 6.4 de Sandoval Díaz; del 6.5 de Petersen Farah; y del 7.1 de González Márquez.
Claro, aunque no con un amplio margen de diferencia, los tapatíos le reconocen cosas buenas al ex presidente de Tlajomulco, como el 46% que dice que ha sido honesto; el 44% que considera que ha elegido buenos colaboradores; el 49% que cree que realiza obras públicas necesarias; y el 45% que dice que destina los recursos de manera responsable.
Con esta calificación con la que Alfaro aprueba de “panzazo”, los tapatíos contradicen al dirigente nacional de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, que lo considera el mejor alcalde del país y, además, ratifica lo declarado por el colectivo “Bajo la lupa” en el sentido de que el alcalde mintió y engañó a los ciudadanos durante su primer informe de gobierno, pues gran parte de lo que dijo está muy alejado de la realidad y sus gobernados se encargaron de demostrárselo con la calificación que le otorgan en su primer año.
Dice la nota de Mural que el 19 por ciento de los encuestados opinó que Enrique Alfaro debe “ser más humilde”. ¿Lo será para reconocer que no ha sido un buen presidente municipal en el primer año de su gestión y aceptar esa muy baja calificación que le dan quienes votaron y no a favor de él?
¿Este “balde de agua fría” le servirá para poner “los pies en la tierra” y aceptar que la mayoría de sus gobernados lo ven con ojos diferentes a los de sus más cercanos colaboradores que le hablan al oído y que interpreta como “el canto de las sirenas”?