Luego de la aprobación de “panzazo” que logró con un seis de calificación en su primer año como presidente municipal de Guadalajara -que lo coloca como el peor alcalde del Partido Movimiento Ciudadano en la zona metropolitana-, Enrique Alfaro Ramírez se mantiene, no obstante, arriba en las preferencias ciudadanas para ser el próximo gobernador, según encuesta publicada ayer por el periódico Mural.
Sin embargo, en esta encuesta destacan dos puntos que es importante a considerar para analizarla en su justa dimensión:
1. A diferencia de la aplicada en enero pasado y dados a conocer sus resultados en febrero,  aquella encuesta fue a nivel estatal y la revelada ayer corresponde únicamente a cinco municipios de la zona metropolitana: Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá y Tlajomulco.
2. “Los habitantes de Guadalajara, que es el municipio que dirige, son los que menos apoyo le darían en este momento”, señala textualmente el cuerpo de la nota con la que se explican los pormenores de la encuesta.
Sin duda que motivo de preocupación, y hasta de alarma, debe ser para el propio Enrique Alfaro y su equipo el hecho de que en la capital de Jalisco, apenas a un año de gobierno, sus bonos vayan “en picada”, aunque quizás mantienen la esperanza de que la caída se frene cuando solicite licencia para iniciar su campaña por la gubernatura, desconociendo el porcentaje de aceptación o rechazo que registre en ese momento.
De acuerdo a los porcentajes de esta encuesta, mientras en Tlajomulco el 53 por ciento de los encuestados confesó que lo apoyarían, en Guadalajara el porcentaje fue del 38 por ciento, al igual que en Tonalá, por debajo también del 42 por ciento de Tlaquepaque y el 41 por ciento de Zapopan.
No hay duda de que existe una clara relación entre la baja calificación que los tapatíos le otorgaron a su trabajo como alcalde y el hecho de que haya sido en Guadalajara donde menos apoyo le darían en este momento para ser el próximo gobernador. Esta combinación, sin duda, debe alarmarlo a él y a su equipo con el que -trascendió- ya habría sostenido una reunión de emergencia tras conocerse los números de evaluación del desempeño de los alcaldes metropolitanos.
Contra los argumentos que Alfaro esgrime, la baja calificación que le dieron los tapatíos  y el hecho de que sea en Guadalajara donde sus gobernados menos lo apoyarían para ser gobernador, no son resultado de lo que ha hecho y los intereses que ha afectados por ello sino por lo que prometió y no ha hecho o porque lo hecho está mal, como pretender legalizar lo ilegal cobrándole una multa a las firmas constructoras que violentaron la ley en la construcción de sus edificios, entre otras cosas más.
Por otro lado, sería bueno que Mural nos dijera por qué no aplicó la encuesta a nivel estatal como la de enero pasado y por qué sólo la realizó en cinco municipios metropolitanos. A menos que nos la vaya a presentar en las próximas semanas antes de concluir el año.  ¿O acaso fue porque quizás sería más reveladora y mayor la “caída” de Alfaro en la preferencia entre los jaliscienses?
Sólo para tenerlo presente, en aquella encuesta estatal el 52 por ciento de los encuestados respondió que votaría a favor de Alfaro Ramírez. La verdad que sería interesante conocer si este porcentaje se mantiene, se incrementó o qué tanto descendió tras un año de gobierno y del veredicto que a su trabajo dieron los tapatíos.
Hoy por hoy, pues, Enrique Alfaro Ramírez vive en carne propia la experiencia de saber que no es lo mismo gobernar un municipio como Tlajomulco -hoy en emergencia por fuertes inundaciones, no obstante que en 2010 él pronostico que serían “minimas” gracias a sus obras para evitarlas- que la segunda ciudad más importante del país y capital del estado como Guadalajara.
¿Esto le servirá para cambiar de estrategia? Ya lo veremos. Al tiempo.