Hoy a las 19:00 horas, Enrique Alfaro Ramírez volverá a verle la cara a sus adversarios Celia Fausto Lizaola, Alfonso Petersen Farah y Ricardo Villanueva Lomelí, luego de la “zarandeada” de críticas y “golpes” que le propinaron en el debate del martes pasado organizado por el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana.
Y es que los cuatro candidatos a la presidencia municipal de Guadalajara -ahora sin la presencia de la “chquillada”- volverán a debatir en las mismas instalaciones del Canal 44 convocados por la organización de jóvenes “Indagantes”, grupo que se dice “apartidista” y que, como algunos otros más, aparece en el ámbito público en el marco del actual proceso electoral.
A diferencia de los debates que este grupo ya realizó entre candidatos a diputados locales de varios distritos, comenzando por el 10, el que se celebrará entre los aspirantes a la alcaldía tapatía será transmitido en vivo por el canal de televisión universitario que será el anfitrión.
Ignoramos la mecánica del debate porque no fue revelado, pero no puede ser malo comparado con el organizado por el IEPC que, al menos, fue bastante divertido y que dio oportunidad para conocer el lado cómico de varios de los candidatos de partyidos con nulas posibilidades de levantarse con el triunfo.
Al ignorar la mecánica del debate, no queda sino presumir que el de hoy buscará ser aprovechado por Alfaro Ramírez para tratar de sacarse la gran cantidad de “espinas” que le dejaron clavadas sus adversarios en el del martes pasado.
También se espera ver a un Enrique Alfaro más sereno, tranquilo, seguro, sin tartamudeo o haciéndose “bolas” al momento de hacer uso de la palabra, como le sucedió en el debate del IEPC. Un Alfaro menos nervioso, menos irritable, más tolerante.
Esperamos ver a un Alfaro con otro semblante. Uno que demuestre que está disfrutando esta candidatura y no que es un martirio para él. Debe dejar afuera del escenario ese rostro adusto, el ceño fruncido, su postura de soberbia pero al mismo tiempo retadora. Tiene que proyectar que deverás disfruta ser candidato y que deveras va adelante en las encuestas con la ventaja que él asegura tiene, aunque no demuestre ninguna.
A este debate, con menos expectativas que el anterior, Enrique Alfaro debe llegar convencido de que una campaña electoral y un debate son el terreno fértil para la crítica, la descalificación, las posturas de contraste, y no asumir aquello de que “no voy a responder mentiras o difamaciones”, porque además de que no lo han sido sí ha respondido a algunas de ellas, sí se ha “enganchado” y no le ha ido muy bien.
Ni duda tenemos que Celia, Alfonso y Ricardo llegarán con la “espada desenvainada” como lo hicieron en el anterior, sólo que deberán de traer un nuevo discurso, un lenguaje que impacte a propios y extraños y que tenga los efectos que pretenden: “testerar” o tumbar la imagen de triunfador de Alfaro Ramírez.
Porque si llegan con lo mismo que han venido haciendo y diciendo en las últimas semanas, se pueden llevar una sorpresa y ser ellos los derrotados.
Así, pues, vamos a ver, otra vez, “de qué cuero salen más correas”; si llega a este debate un nuevo Enrique Alfaron y si enfrentará a adversarios diferentes como Fausto, Petersen y Villanueva, o volverán a ser más de lo mismo.