Si no tiene una mala noche y amanece de buenas, Enrique Alfaro Ramírez se estará registrando como candidato a la presidencia municipal de Guadalajara el próximo domingo a las 11:00 horas ahí en la sede de su Partido Movimiento Ciudadano, en la avenida La Paz.
De esta manera se confirmará lo que siempre sostuve sobre la presidencia municipal por la que contenderá Alfaro Ramírez y despejará la duda a quienes no sabían por cuál iría. Claro que este lujo de ser quién decida por dónde contender y no por dónde su partido lo decida, sólo se lo puede dar quien es el dueño de la franquicia en Jalisco del partido del ex priista Dante Delgado Rannauro.
En Zapopan todo indica que el Partido Movimiento Ciudadano cometerá el error de postular al ex presidente de la Coparmex, Pablo “El Pirrurris” Lemus Navarro. y se equivocará al desperdiciar el perfil del ex alcalde Macedonio Tamez Guajardo, a quien al parecer postulará como candidato a una diputación local -quizás por el distrito 10-, no obstante que hace tres años perdió en el distrito cuatro.
Alfaro Ramírez sabe que hoy se enfrentará a una elección difícil, en donde no le será suficiente el buen manejo de las redes sociales ni la descalificación que sus simpatizantes y seguidores hagan de sus adversarios, críticos y detractores. Sabe, por supuesto, que lo que se juega el primero de junio no es la alcaldía de Guadalajara sino la candidatura al gobierno del Estado en 2018. Sabe que la campaña por la alcaldía no será un “día de campo” como sucedió cuando buscó ser gobernador. Sabe que debe cuidar su discurso, pensar antes de hablar, para no hacer declaraciones que luego le pueden costar caro. Sabe que debe ser tolerante. Sabe que se enfrentará a adversarios que buscarán “descarrilarlo” tres años antes de lograr su objetivo.
Enrique Alfaro Ramírez, sin duda, tiene muy bien medidos sus tiempos y muy clara su estrategia para buscar enfrentar y contender a sus adversarios con éxito. Pero no sólo eso, sino que seguramente buscará que la buena imagen de la que goza entre una gran parte de la ciudadanía, se “derrame” hacia los demás candidatos tanto a las alcaldías como a las diputaciones locales y federales de la zona metropolitana de Guadalajara.
Por supuesto que Alfaro no tiene el riesgo, el inconveniente ni la incomodidad de que alguien se atreva a enfrentársele en busca de la candidatura a la alcaldía tapatía, amén de que será una comisión interna la que dará el visto bueno a su candidatura y lo ungirá como el único aspirante a ella.
Ya sólo restará esperar, pues, el arranque de las precampañas para conocer al resto de sus adversarios, el cómo y el dónde se iniciará la lucha por la “cereza del pastel”, por la “perla de la corona”, que es la presidencia municipal de Guadalajara. Al tiempo.