Cuando César Coll Carabias llegó al poder como el primer presidente municipal panista de Guadalajara, lo hizo empuñando la espada contra la corrupción y enarbolando la frase cardenista (de Alberto, no de Lázaro), de que “con honestidad se hace más…”, de las que no se separó a lo largo de los tres años de su gestión.
Sin embargo, pese a sus amenazas de que se castigaría a quienes presuntamente incurrieron en actos de corrupción desde el gobierno municipal que lo antecedió, nunca fue capaz de fundamentar en hechos sus palabras y simplemente nunca cayó algún “pez gordo” que confirmaran sus denuncias.
A 18 años de haber dejado la presidencia municipal tapatía sin acción alguna que lo hiciera pasar a la historia política de Jalisco como un adalid contra la corrupción -más allá de ser el primer panista que derrotó al PRI en la capital de Jalisco-,  César Coll Carabias se enfrenta hoy a la justicia acusado de desvío de recursos y aprovechamiento indebido de atribuciones con daño al erario por más de tres millones de pesos.
La madrugadora aprehensión de Coll Carabias -el viernes pasado a las 7:30 de la mañana en su domicilio- tomó desprevenidos a los panistas y a su dirigencia estatal que 48 horas después salieron a defender al ex director de la Comisión Estatal del Agua bajo el argumento de que se trataba de una persecución política, y exigían al extremo la remoción del fiscal general Eduardo Almaguer antes que demandar una investigación exhaustiva alejada de tintes partidistas.
Lo anterior llevó al fiscal Almaguer Ramírez a dar algunos detalles de la detención de César Coll que quizás la dirigencia panista ignoraba, no obstante que se asegura que tanto ésta como el propio acusado fueron notificados por autoridades de alto nivel de que no había nada en contra del ex alcalde. Las revelaciones del Fiscal General son:

  • La Contraloría del Estado efectuó auditorías a la CEA entre 2013-2014.
  • Se le hicieron 20 observaciones.
  • En mayo de 2014, Coll Carabias tuvo los elementos para contestar el pliego de observaciones.
  • César Coll no solventó ni sustentó tres observasiones (por las que se abrieron averiguaciones previas y a la sazón se giraron las órdenes de aprehensión).
  • En la auditoría se acreditó que Coll Carabias no tenía facultades para entregar los contratos a empresas particulares.
  • Las empresas supuestamente contratadas no efectuaron el trabajo.
  • Fueron los propios empleados de la CEA quienes realizaron dichos trabajos.

De acuerdo a lo referido, el presunto delito en el que incurrió el ex alcalde de Guadalajara le permite enfrentar el proceso en libertad y posiblemente en el transcurso de hoy martes o en los siguientes días de esta semana sea liberado.
Sin embargo en función de lo que dijo el Fiscal General que obra en actas y en la misma auditoría de la Contraloría del Estado, no es aun asunto administrativo y quizás no procedía buscar su solución a través de la justicia alternativa, pues para Eduardo Almaguer el ex titular del CEA incurrió en el delito de peculado.
Ante ellos vale preguntar: ¿Por qué Coll Carabias asumió facultades que por ley no tenía? ¿Por qué otorgó contratos indebidamente a dos empresas por realizar un trabajo? ¿Por qué dichas empresas finalmente no ejecutaron la labor, pero sí se les pagó? ¿Por que fueron los trabajadores de la CEA quienes terminaron por efectuar un trabajo por el que se pagó a empresas particulares?
Así, pues, independientemente de lo que hoy pueda decir sobre este caso el dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, a los reporteros con los que hablará hoy en Expo Guadalajara, más valdría que la dirigencia estatal lo ponga en antecedentes y al corriente de los verdaderos motivos de la aprehensión de quien pasó a la historia como el panista que por vez primera derrotó al PRI en Guadalajara, con el propósito de que no haga un “oso” y se embarque con una defensa que podría darle un “raspón” en su visita a Jalisco.