Ante la dificultad que enfrentaba en las elecciones del primero de julio pasado, el PAN echó mano en Jalisco de algunas de sus mejores figuras, esperando que su rentabilidad electoral sacará adelante al panismo en la contienda por el gobierno estatal y las principales alcaldías de la zona metropolitana.
Sin duda la principal figura que quiso aprovechar el PAN fue la de Alberto Bebeto Cárdenas Jiménez, ex alcalde de Ciudad Guzmán, ex Gobernador del Estado, dos veces secretario de estado en el gobierno federal, senador de la república y, hasta el pasado domingo, el invencible y más rentable panista jalisciense.
Su derrota en la elección de Presidente Municipal de Guadalajara es, por supuesto, la menos esperada entre el panismo.
Para ayudar a la elección municipal y estatal, el PAN también echó mano del panista con la mejor imagen en Zapopan: Macedonio Tamez Guajardo, quien es uno de los alcaldes zapopanos mejor calificados por la ciudadanía.
Y en el mismo municipio se buscó que el empresario y sub secretario de Gobernación del gobierno federal Abraham González Uyeda contribuyera al triunfo de Maricarmen Mendoza por la alcaldía zapopana y al de Fernando Guzmán por la gubernatura estatal.
Pero estas tres figuras emblemáticas fueron vencidas por sus contrincantes priistas, en esta ola inmensa de antipanismo que acabó mandando al PAN al vergonzoso tercer lugar en Jalisco y México.
Hay una regla que señala que “quien puede lo más, puede lo menos”. Y efectivamente el PRI demostró que si podía vencer a Bebeto, Macedonio y Abraham, el resto de los candidatos de Acción Nacional eran, evidentemente, PAN comido.