¿Qué gobernante gasta 5.2 millones de pesos para comprar un pleito, paradójicamente, gratuito con un sector importante de la grey católica de la zona metropolitana de Guadalajara?
Adivinó: el presidente municipal de Guadalajara, Enrique Alfaro Ramírez.
Alfaro Ramírez se abre así un nuevo frente que se suma a los muchos que ya tiene en su contra como con los comerciantes ambulantes, con los medios de comunicación, con un sector del gremio cultural de Guadalajara, con los calandrieros y con algunos empresarios, entre otros.
A la protesta manifestada días atrás por fieles católicos que consideraron una ofensa la imposición de la obra “Sincretismo” en el cruce de la avenida Federalismo y la calle Hospital que incluye la imagen de la Virgen de Guadalupe y por lo que se dieron a la tarea de recabar firmas para exigirle al alcalde su retiro, ahora quien levantó la voz -y fuerte como sabe hacerlo- fue el cardenal Juan Sandoval Iñiguez, quien declaró al periódico Mural -lo publica en su edición de hoy-:
“Pienso que es una falta de respeto a un símbolo tan sagrado como es la Vírgen de Guadalupe, es realmente el símbolo de la nacionalidad mexicana, es la forjadora de la nacionalidad mexicana desde sus albores, desde 1531…”.
Y no le falta razón al purpurado emérito porque para los católicos, a Enrique Alfaro lo mismo le da colocar en un camellón una “plumota” como homenaje a los periodistas y medios de comunicación que él mismo descalifica y ofende, que una macetota que ahora andará errante porque no encuentra lugar dónde colocarse, que la figura de una imagen religiosa venerada no sólo por los católicos de México sino de América  y de otras partes del mundo.
Para el alcalde de Guadalajara todo es igual: una plumota, una macetota y la imagen gigante de la Vírgen de Guadalupe. Y el cardenal emérito fue categórico en su exigencia:
“Ese monumento de la Vírgen de Guadalupe debe desaparecer de ahí (…), Esa imagen debe ser quitada de ahí porque es ofensiva para la mayoría del pueblo católico (…). Que no con el pretexto de arte se hagan semejantes cosas”.
Y como a cual más de los adversarios del también aspirante a la gubernatura por su partido Movimiento Ciudadano, el ex Arzobispo de Guadalajara se le fue con todo:
“¿Qué se pide de un gobernante? Que tenga sentido común para que tenga prudencia. Que conozca los sentimientos de su gente (…), pero éste (así se refirió al alcalde tapatío) parece que no, él va por su camino como tráiler (…), como buldozer, aventando: ‘¡a ver, háganse a un lado que aquí va Enrique Alfaro!'”.
Y se unió también a las múltiples voces que califican el pago de éstas obras o esculturas urbanas como un derroche injustificado de los recursos públicos, cuando los tapatíos tienen otras necesidades más urgentes. Las declaraciones de Sandoval Iñíguez no tienen desperdicio. De lo anterior dijo, según lo publicado en Mural:
“Lo que costó es mucho, para lo que vale ese asunto costó mucho, y lo saca del erario, lo que pertenece al pueblo (…). También veo como ridículo que se sienta mecenas, que quiera llenar la ciudad de Guadalajara de imágenes de muy dudoso valor artístico”.
Y ya encarrerado, el cardenal Juan Sandoval se le fue a Enrique Alfaro la “yugular”:
“Ahí está la pluma que hizo para los periodistas, primero los ofendió… ¿qué es eso? Que no se sienta mecenas porque creo que a él no le da el talento para creerse un mecenas de arte (…) Hay muchas necesidades en la ciudad, grandes, para que no ande gastando el dinero y tanto en componer la Minerva…”.
Cuestionado sobre si Alfaro debe escuchar las voces de quienes exigen el retiro de esa obra denominada “Sincretismo”, el cardenal Sandoval Iñiguez respondió con una advertencia:
“Ay de él si no las escucha… ahí anda él aspirando más para adelante. Toda esa gente que le está diciendo que no, va a votar el año que viene, él sabrá. Yo no le doy consejos a él porque, además no los agarra…”.
Y sobre el argumento de Alfaro de que el arte es subjetivo, el ex Arzobispo tapatío le dio una recomendación: