Como se sospechó desde el momento en que fue impuesto en la presidencia del Comité municipal del PRI en Guadalajara, Pablo García Arias se ha convertido en el principal promotor de la aspiración de Claudia Delgadillo, secretaria de Desarrollo Social del Ayuntamiento de Guadalajara, a la candidatura a la alcaldía tapatía.
Y esto no es un “secreto a voces”; por el contrario, ya han llegado a oídos del dirigente estatal Rafael González Pimienta, denuncias y quejas de la forma en que está operando García Arias a favor de la funcionaria municipal, quien también tendría el “visto bueno” del alcalde Aristóteles Sandoval para buscar convertirse en su sucesor.
Hasta González Pimienta ha llegado la queja y denuncia de los seguidores de Leobardo Alcalá y Salvador Caro -dos aspirantes también a la alcaldía tapatía-, de que Pablo García ha amenazado con ser despedidos del Ayuntamiento de Guadalajara todo aquel empleado que sea descubierto presente en algunos de los eventos del ex regidor tapatío y/o del actual diputado federal.
Los “salvadoristas” y “leobardistas” acusan a García Arias de llevar al PRI en Guadalajara a una honda división por su afán de promover la candidatura de Claudia Delgadillo, pues no tiene capacidad para unificar en torno a su dirigencia y al partido a los seguidores de Caro, de Alcalá y de Rocío Corona quien también tiene la misma aspiración.
Los denunciantes afirman que si bien Claudia Delgadillo -quien enfrenta serios problemas de salud-, tiene a su favor la “nómina” del Ayuntamiento, su posición en las encuestas y sondeos es muy por debajo de otros aspirantes y de quienes, inclusive, ni siquiera han visto la alcaldía como una opción, como es el caso del diputado federal Arturo Zamora Jiménez.
Los inconformes, pues, esperan que la dirigencia estatal del PRI haga un severo llamado a Pablo García para que asuma su responsabilidad con la imparcialidad que se requiere, aun y cuando le deba el cargo al alcalde Aristóteles Sandoval y a la propia Claudia Delgadillo.