La semana pasada, el cardenal Juan Sandoval Iñiguez emplazó al presidente municipal de Guadalajara, Enrique Ibarra Pedroza, a llevar a cabo lo que su antecesor con licencia se negó a realizar:  retirar la obra “Sincretismo”, que ha generado ya la movilización de alrededor de 40 mil católicos en cinco marchas de protesta en igual número de meses.
En una entrevista con el periódico El Diario NTR Guadalajara -publicada el pasado jueves-, cuestionado al respecto, el arzobispo emérito de Guadalajara reveló que no ha sostenido diálogo ni encuentro alguno con Ibarra Pedroza, hoy al frente del gobierno tapatío, para abordar el caso de la polémica y ofensiva obra.
“No he tenido ningún encuentro ni comunicación con él. Y si la hubiera, sólo le diría que quite la obra. De nada sirve un diálogo si siguen empeñados en dejarla. Un gobernante, si se aferra a sus ideas sin oir consejos, no le conviene al pueblo”.
Y luego vino el emplazamiento:
“¡Uh! Sería muy bueno que la quitara (la obra) y demostrara que no está sometido a Alfaro, porque si la deja significa que ‘aquí está el presidente, pero el que manda vive enfrente’. Eso significaría -añadió-, que no tiene independencia para actuar. Que escuche la voz del pueblo -reclamó el prelado-, que sepa qué piensa la gente y que él (Ibarra) lo haga… ¡que la quite!”.
El cardenal Sandoval Iñiguez, en esa misma entrevista respondió al video “casero” que Alfaro Ramírez difundió en sus redes sociales donde habla de esta obra y de lo que había detrás, advirtiéndole que “la obra ‘Sincretismo’ comenzó como un problema religioso y seguirá siendo un problema religioso hasta que sea retirada”.
Expresó luego de manera categórica:
“Sencillamente esa obra es un insulto, así haya sido realizada con las intenciones que haya sido. Pudoe haber sido hecha con muy buenas intenciones, pero con buenas intenciones hicieron una obra ofensiva…”.
¿Hasta dónde está dispuesto a llegar el alcalde Enrique Ibarra frente un problema que amenaza con crecer más conforme avance el tiempo y ésta obra que ofende a los católicos no sea retirada? Ibarra y Alfaro saben que el “Sincretismo” tiene ya un alto costo político para el aspirante a la gubernatura y que ya comienza a costarle caro, particularmente en la zona de Los Altos del estado y en la zona metropolitana?.
Y todo parece indicar que a la resistencia de las autoridades por retirar la ofensiva obra, la grey católica responderá con nuevas movilizaciones que ya no sólo se quedarán en marchas de algunas cuadras sino que se pondrá en operación nuevas modalidades como la que está anunciada para el próximo sábado 20 de este mes, cuando se ha convocado ya a una denominada “Caravana Guadalupana de desagravio”, en la que participará una gran cantidad de automóviles.
Los convocantes han señalado como punto de salida el cruce de la avenida Javier Mina y la Calle 62, a partir de las 16:30 horas, y la cadena de redes a través de las que se ha extendido la invitación cada vez es más grande y amplia, a decir de los organizadores.
Tanto los católicos inconformes como las autoridades municipales debieron de haber tomado nota de las declaraciones del cardenal Juan Sandoval Iñiguez en aquella entrevista con El Diario NTR Guadalajara cuando dijo:
“Esto no es un asunto político, es un asunto religioso (…). El problema ahí está, y seguirá siendo una ofensa para el pueblo mexicano mientras esa obra siga ahí donde la colocaron”.
La pregunta es: ¿Se aferrará el alcalde Ibarra Pedroza a mantener enfrentada a la grey católica con su gobierno? ¿Hará “oídos sordos” a su exigencia para que retire la ofensiva obra?
Al tiempo.