¿Será que el secretario general del Ayuntamiento de Guadalajara, Enrique Ibarra Pedroza, se está fogueando para cuando Enrique Alfaro Ramírez solicite licencia para irse como candidato del partido Movimiento Ciudadano a la gubernatura y entre en su relevo en la presidencia municipal de Guadalajara, en un año que sin duda será de intenso debate político?
Luego de que Alfaro Ramírez tuvo que “congelar” a su jefe de Gabinete, Hugo Luna Vázquez, y evitar que saliera ante los medios de comunicación a abordar temas delicados o polémicos, por su proclividad a empeorar las cosas, es Ibarra Pedroza quien ha tenido que dar la cara ya en tres ocasiones:
1. El incendio parcial en el mercado Alcalde, cuando Alfaro Ramírez andaba de vacaciones en la Eurocopa y el presidente interino, Marco Valerio Pérez, no se encontraba en la ciudad y traía apagado su celular, según reportaron luego fuentes del propio Ayuntamiento.
2. Cuando se reveló la relación de Enrique Alfaro y el empresario Sergio Schmidt, detenido por su presunta relación con una banda delictiva, particularmente cuando se reveló la presencia del detenido en lugares preferenciales durante varios actos de campaña del hoy munícipe de Guadalajara.
3. Ahora que se dan a conocer los resultados contradictorios de los exámenes de control y confianza aplicados al comisario Salvador Caro Cabrera.
Si bien en el asunto del incendio en el mercado Alcalde fue una aparición obligada por la ausencia del responsable del gobierno municipal en ese momento, las otras dos ocasiones sin duda se recurrió a él debido a su experiencia en momentos difíciles, de crisis, para el gobierno alfarista.
Pero llama la atención que en esta ocasión, el domingo pasado, contra su acostumbrada serenidad y prudencia, Ibarra Pedroza salió con mucha enjundia ante los medios a defender a Caro Cabrera, con un tono de voz que sólo se lo llegamos a escuchar como orador en campañas políticas. Ni siquiera en las tribunas legislativas -estatal y federal- que tantas veces ha utilizado, ha alzado tanto el tono de voz como en esta ocasión cuando, incluso, despotricó en contra del gobierno estatal.
El gesto de Enrique Ibarra rayó, incluso, en la actitud intolerante, de repartir culpas a otros, a lo que nos tiene acostumbrado el gobierno alfarista, cosa desconocida para quienes tenemos muchos años de amistad con el ex priista.
Sin duda, pues, que Enrique Ibarra Pedroza seguirá dando la cara a nombre del alfarismo en momentos difíciles, de crisis, para los que no están preparados ninguno de los demás integrantes del equipo del líder moral de Movimiento Ciudadano; momentos para los que se requieren los años de experiencia, la serenidad, la prudencia y la inteligencia que, sin duda, acompañan al secretario general del Ayuntamiento.