No me imagino hoy al ex Jefe de Gobierno del Distrito Federal, expriista y ex perredista, Marcelo Ebrard, candidato a diputado por el Partido Movimiento Ciudadano, venir a Guadalajara a apoyar a los candidatos de su partido y a su estrella Enrique Alfaro Ramírez, como tampoco me imagino al expresidente de la República, Carlos Salinas de Gortari, asistir a un multitudinario evento en respaldo de los candidatos de su partido y particularmente a Ricardo Villanueva Lomelí.
Mucho menos me imagino a Vicente Fox Quesada encabezando eventos de apoyo para los aspirantes panistas, luego de que fue uno de los principales impulsores de la candidatura a la presidencia de la República de Enrique Peña Nieto.
El no imaginármelos es porque creo que es más lo que les resta a los abanderados de sus respectivos partidos que lo que les pueden sumar. Y que conste que todos ellos, como gobernantes, tienen sus cosas buenas. Pero finalmente la leyenda urbana se encargó de desprestigiarlos en el imaginario ciudadano y eso los ha condenado.
Confieso que tampoco me imaginé ver al ex presidente Felipe Calderón Hinojosa encabezar en Guadalajara un evento como el de ayer en el lienzo charro “Ignacio Zermeño”, lo que sin duda fue una verdadera fiesta para los panistas, los verdaderos panistas que quieren devolver a su partido el prestigio perdido, aun y cuando por ahí hayan asistido algunos “Judas” enfundados de azul.
Y no lo imaginaba, no por la razones de los “ex” arriba mencionados sino porque Calderón Hinojosa se había mantenido más en el escenario internacional -nada menos horas antes había partidipado en la Cumbre de las Américas de los Ex Mandatarios, en Panamá-, que en el nacional y local (léase recorrido por los estados). Claro, su esposa Margarita Zavala ha hecho ya varias visitas previas, pero aun ninguna en apoyo de los candidatos panistas.
Entre paréntesis apunto que no sé cómo se sintió el perredista Gerardo Quirino Velázquez, candidato de la coalisión PAN-PRD a la alcaldía de Tlajomulco, entre tanto panista. Hasta raro se nos hace verlo en la fotografía que acompaña este texto.
Quiero creer que la presencia de Calderón en Guadalajara respondió a la solidaridad del ex presidente con quienes le aportaron una gran cantidad de votos en el 2006 que hicieron posible llegara a Los Pînos; una acción de quien sabe ser agradecido. No viene al caso cuestionar o hablar de su gestión al frente del Ejecutivo federal.
Pero la visita de Calderón puso de manifiesto también que los ex Gobernadores panistas de Jalisco no son ya un activo del partido para impulsar candidaturas. Se desgastaron. Unos más, otros menos, pero ya no son referencia para presumir.
Felipe Calderón vino a apoyar y a hablarle a los panistas -porque eso es lo que había en la gradería: panistas y no ciudadanos indecisos por quién votar o simpatizantes de otros partidos-, y los animó a ser “valientes”, salir a votar y llevar nuevamente a su partido al poder.
“Vengo a decirle a Jalisco que aprendimos la lección; otros han demostrado su ineficiencia, y es hora de que Jalisco vuelva a ser gobernado por Acción Nacional (…) .Vengo con plena tranquilidad de conciencia ante los jaliscienses y ante el País, para decirles que los problemas de México y de Jalisco tienen solución, que el PAN en el gobierno, aquí en Jalisco, supo demostrar lo que es un buen gobierno”.
¿”Pegará” en el ánimo del militante y simpatizante panista las palabras, el exhorto, de quizás su único presidente de la República que se atreven a presumir? ¿Será la visita de Calderón suficiente para animar a los panistas a sumar los votos necesarios para llevar a sus candidatos a los gobiernos municipales?
No sabemos si ésta será la única visita de Calderón para apoyar a sus candidatos. Si lo es, hay que preguntarse si era el momento apropiado para hacerlo o lo mejor hubiese sido que viniera ya avanzada la campaña; quizás a mediados de mayo. Pero sabremos si era hoy el día indicado para venir a impulsar a los candidatos panistas, si de ahora en adelante la militancia se mete de lleno también a apoyarlos.
Porque también hay que reconocer que en las condiciones que se encuentra el PAN en Jalisco, amerita más que la simple visita de un ex Presidente de la República surgido de sus filas. EL PAN necesita de una verdadera unidad en los hechos y no en el discurso; requiere de que la militancia y simpatizantes realmente cierren filas en torno a sus candidatos; le urge recobrar la gloria que algún día tuvo para convertir a Jalisco en uno de sus principales bastiones a nivel nacional.
Y quizás para eso, no baste la visita de un ex Presidente de la República…
Al tiempo…