Ya lo decíamos: en eso de la elección de dirigentes o candidatos, el PRI no pierde el estilo y ante la simple mirada testimonial de quien fue designado como delegado para el proceso de elección del nuevo dirigente municipal del PRI en Guadalajara, Adalberto Gómez Rodríguez, se registran los “jaloneos” por la designación -que no elección, subrayo-, de quienes habrán de relevar a los actuales dirigentes, Eduardo Almaguer y Rocío Corona Nakamura.
Y en ese “jaloneo” se ha modificado el escenario registrado a principios de esta semana cuando se había acordado que a la presidencia fuera el amigo del alcalde Aristóteles Sandoval, Pedro de Alba, y a la secretaría general Verónica Flores.
Al finalizar esta semana el escenario cierra con el presunto relevo de Pablo García, director de Servicios Municipales, por Pedro de Alba en la presidencia, mientras que el “jaloneo” se agudizaba en torno a la secretaría general, pues mientras Eduardo Almaguer puja porque se mantenga a Verónica Flores, otras fuerzas impulsan a la regidora Gloria Rojas Maldonado.
En el caso de la presidencia del Comité se interpreta la posible llegada de Pablo García como un espacio que gana la secretaria de Desarrollo Social, Claudia Delgadillo, no obstante que aquel fue en su momento un hombre allegado al diputado federal Jorge Arana Arana.
Y en caso de que Rojas Maldonado “amarrara” la secretaría general, quien se quedaría fuera es el actual presidente Eduardo Almaguer.
Cabe subrayar que en este caso aun no hay nada escrito y que muchas cosas pueden modificarse todavía en el transcurso de los días, pero lo que sucede hoy al interior del PRI tapatío no es otra cosa que como dice el dicho: “a quien dos amos sirve, con uno queda mal”.