El Comité Ejecutivo Nacional del PRI marcó un plazo de 15 días para realizar una evaluación -a través de diversos instrumentos y desde distintos ángulos- de cada uno de los siete aspirantes a la candidatura al gobierno estatal.
Después de ese lapso, revelará el nombre de quien será ungido para enfrentarse a sus adversarios del PAN y PRD. Y para ello, tomará en cuenta las fortalezas de los aspirantes -la popularidad, por ejemplo-, pero también sus debilidades -los negativos, por supuesto-.
Estamos hablando de que quizás en la primera semana de enero del 2012 salga “humo blanco” del inmueble de Calzada del Campesino 222.
Hoy son pocos -porque he tenido oportunidad de hablar con propios y extraños- los que dudan que el elegido no sea otro que el presidente municipal de Guadalajara, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, quien en los últimos días ha sido centro de severos “golpes” mediáticos que lo dejan en una posición por demás vulnerable.
Y si es así, el tiempo corre en contra de Sandoval Díaz. Entre más pasa el tiempo y el PRI se tarda en definir quién será su candidato a la gubernatura, o cuando menos en mandar las señales de quién lo será, Aristóteles seguirá siendo “blanco” del “fuego amigo”, para algunos, o del certero “puyazo” de sus adversarios de la oposición, para otros.
Se creía que en la reunión que anteayer por la noche sostuvieron los siete aspirantes con la dirigencia nacional se daría la primera depuración de esta lista, pero también hubiera sido políticamente incorrecto que eso ocurriera en el primer encuentro que sostendría con ellos el recién designado dirigente nacional Pedro Joaquín Coldwell.
Pero se decidió por esperar y dejar que transcurran las fechas navideñas con la incertidumbre de quién será el abanderado, aunque en los hechos podríamos descartar ya a cuatro de ellos, con todo el riesgo de que a muchos no les guste este descarte: Ma. Esther Scherman, Trinidad Padilla López, Miguel Castro Reynoso y Arturo Zamora Jiménez.
Sólo tres, en realidad, pueden ser considerados los verdaderos finalistas: Ramiro Hernández García, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz y Héctor Vielma Ordoñez, en estricto orden alfabético. Y aun hay quien lo reduce a dos y no pocos lo dejan en uno solo.
Sin embargo, el CEN ha decidido no precipitarse. “Enfría” a quienes propagaban que ya todo estaba decidido, que nadie podía dar marcha atrás a una decisión ya tomada, y que todo era cuestión de días para hacerla pública. Pero no. La dirigencia nacional del PRI, sin duda en acuerdo con Enrique Peña Nieto, decidió esperar.
Quizás dejando que los aspirantes le escriban su cartita a los Reyes Magos, esperanzados de que sólo a uno de ellos le cumplirán su petición.