Dicen que es de bien nacido ser agradecido.

Y parece que esto lo tiene muy bien registrado Enrique Ibarra Pedroza, presidente municipal de Guadalajara, quien al cierre de su interinato para completar el trienio de gobierno que dejó pendiente Enrique Alfaro Ramírez, honrará a dos políticos priistas ya fallecidos con quienes prácticamente inició su carrera política.

Quizás con toda intención, Ibarra Pedroza decidió dejar para la última semana de su gobierno dos actos con un fuerte sentido político, pero no para el alfarismo o el partido Movimiento Ciudadano sino para el PRI -partido al que perteneció por 35 años- y los priistas.

Se trata, el primero, de la develación-mañana viernes a las 13:00 horas en el lobby de Expo Guadalajara-, de un busto del finado gobernador de Jalisco, Enrique Álvarez del Castillo, quien fuera ministro de la Suprema Corte de Justicia -en el gobierno de José López Portillo- antes de venirse a gobernar su estado natal, y posteriormente procurador general de la República, cargo al que lo designó el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari.

Ibarra Pedroza fue subsecretario general de Gobierno en la administración de Álvarez del Castillo, cuando el secretario general era el ex alcalde tapatío Eugenio Ruiz Orozco.

El segundo evento será la develación de la estatua de don Arnulfo Villaseñor Saavedra -el domingo a las 10:00 horas en la Av. Lázaro Cárdenas, en su cruce con la Av. López Mateos, abajo del puente “Matute Remus”-, quien es considerado como el mejor presidente municipal que ha tenido Guadalajara y cuyo mejor legado es precisamente la avenida Lázaro Cárdenas, obra que inició y concluyó en los tres años de su administración y con recursos del propio municipio, sin recurrir a endeudamiento alguno y sin dejar pago pendiente por hacer.

Durante ese trienio de Villaseñor Saavedra, Enrique Ibarra fue regidor (1980-1982).

Sin duda que éste evento es el de mayor significado político, tanto porque prácticamente será de los últimos que encabece como munícipe tapatío como por lo que significa la figura de quien también fue tesorero del Estado y legislador, para la vida política y de la administración pública en Jalisco.

Así, pues, no puede ignorarse que con estos dos actos, el ex priista Ibarra Pedroza reivindica dos figuras políticas que han sido olvidadas por los gobiernos estatales y municipales, pero que como dijo el propio alcalde en la convocatoria de invitación, hicieron y dieron mucho a la ciudad de Guadalajara.