De todos los tuits que generó ayer la noticia de que María Guadalupe Morfín Otero era designada por Enrique Alfaro Ramírez como parte de su planilla de candidatos a regidores en la posición número 11 -sin conocer las razones del desplazamiento de quien ocupaba ese lugar-, me llamó la atención el que textualmente dice:
“Aumenta @EnriqueAlfaroR sus altas probabilidades de ganar presidencia d #Guadalajara al incluir a @guadalupemorfin”.
Su autor, el destacado periodista Julio Hernández López, columnista del diario La Jornada, cuya edición en Jalisco anunció precisamente ayer en su editorial que dejaba de cubrir la campaña de Alfaro Ramírez, tras amenazas recibidas en contra de su director por las últimas publicaciones realizadas en torno al candidato del Partido Movimiento Ciudadano.
Para nadie es desconocido el reconocimiento entre la sociedad del que goza Morfín Otero, no sólo en el mundo académico sino también social, tras su paso por la presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (1997-2001); como Comisionada para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres de Ciudad Juárez (2003-2006); y como titular de la Fiscalía Especial para Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas de la PGR (2008-2009).
Pero valga subrayar que esta candidatura a regidora bajo la batuta de Alfaro Ramírez y bajo las siglas del partido alfarista no es la primera experiencia político-electoral de María Guadalupe Morfín, pues para las elecciones del 2003 fue candidata a diputada federal por la vía plurinominal por el Partido México Posible que comandaba entonces la ex candidata presidencial Patricia Mercado.
Por supuesto no llegó a San Lázaro.
Y digo que me llamó la atención la aseveración -muy respetada- de Hernández López porque no encontré las razones por las que la inclusión de Morfín Otero en la planilla de aspirantes a regidores pudiera incrementar las posibilidades de triunfo de Alfaro. Y no las encontré porque, me atrevo a augurar, los votos que se cree que Morfín pudiera sumarle a Alfaro ya son del ex priista. Ya los tiene en su bolsa.
Difícilmente veo que amistades o ciudadanos que simpaticen con Guadalupe Morfín y militen o simpaticen en y con otros partidos y/o candidatos, terminen por votar a favor de Alfaro sólo porque la ex ombudswomen de Jalisco va en su planilla. No al menos en la cantidad como para “aumentar” sus “probabilidades de ganar”.
Y es que no crea que todo ha sido “miel sobre hojuelas para Guadalupe Morfín Otero. Le adelanto parte de la historia que le contaré completa en otra entrega:
En mayo de 2001, cuando ya se avecinaba el fin de su gestión al frente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, la cúpula empresarial de Jalisco se opuso abiertamente a que Guadalupe Morfín Otero repitiera en el cargo. Los opositores fueron: Diego Garibay García de Quevedo, presidente de la Coparmex;  Ignacio Guerrero Marín, coordinador del Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco; y Raúl Alejandro Padilla Orozco, presidente de la Cámara de Comercio de Guadalajara.
Los tres dirigentes de la IP coincidieron: “Cambio significa cambio… no ratificación”.
Qué siguió después y cómo concluyó esta historia, se los contaré en otra entrega, al igual que aquel enfrentamiento que tuvo con el entonces cardenal Juan Sandoval Iñiguez.