Tres veces se sentaron a comer alrededor de la misma mesa, acompañados del gobernador Emilio González Márquez; tres ocasiones sumaron fuerzas y cerraron filas para enfrentar a quien advirtieron como un peligroso adversario para sus fines políticos, como era el entonces dirigente del PAN estatal, Hernán Cortés Berumen; tres veces se mostraron como un sólo “músculo” ante sus rivales panistas, a quienes les enviaron el mensaje de que juntos podrían hacer mucho en contra de ellos.
Es más, anunciaron con “bombo y platillo” que juntos realizarían una serie de foros para demostrarle a los jaliscienses que los gobiernos que ellos encabezaron y que ahora presidía González Márquez se convertirían, con mucho, en los mejores en la historia de Jalisco.
Inclusive, lanzaron el reto al PRI de comparar sus tres últimos gobiernos con los tres primeros del PAN.
Alberto Cárdenas Jiménez y Francisco Ramírez Acuña caminaron juntos éste tramo del tiempo, luego de que el otrora fuerte grupo “paquista” se fracturara tras la salida de Eduardo Rosales Castellanos de la dirigencia estatal y la llegada de Cortés Berumen en su lugar, desde donde “rompió” con Ramírez Acuña y éste con quien fuera su discípulo más avanzado, Jorge Salinas Osornio.
Desde esta alianza entre los tres gobernadores del PAN se lanzó el mensaje: juntos iban por imponer y consolidar la candidatura de Alberto Cárdenas Jiménez como candidato único a la presidencia municipal de Guadalajara.
Pero fracasaron. No fue el candidato único.
Aun así, Cárdenas Jiménez mantuvo el apoyo de González Márquez a través del ex secretario general y hoy aspirante a la gubernatura, Fernando Guzmán Pérez Peláez, e inicialmente el del magro grupo de Ramírez Acuña.
Pero Francisco Ramírez Acuña le retiró el apoyo cuando Cárdenas dio a conocer que incluía en su planilla de candidatos a regidores a dos serios enemigos de su sucesor: Maribel Alferirán de Coll y Jorge López Vergara.
Ramírez Acuña denunció penalmente a Alfeirán de Coll cuando sucedió a César Coll en la presidencia municipal de Guadalajara, por presuntas irregularidades financieras en el DIF Guadalajara, y con López Vergara tuvo hondas y serias diferencias.
El actual coordinador de la bancada panista en San Lázaro no le perdonó a su antecesor esas dos inclusiones en su planilla, aun y cuando Cárdenas Jiménez no le ofreció ni le otorgó espacio alguno en ella.
Francisco Ramírez decidió entregarle sus pocas, pero quizás valiosas cartas a otro aspirante a la alcaldía tapatía: su compañero de curul en San Lázaro, César Madrigal.