Si bien Salvador Caro Cabrera ya envió el mensaje de que no se enfrentará en campaña a Ramiro Hernández García sino al panista Alberto Cárdenas Jiménez -y no porque el primero no sea competitivo sino por razones de afecto-, el senador priista deberá de estar doblemente preocupado ante la candidatura de su aun correligionario.
Y debe estarlo porque independientemete de quién sea el candidato o la candidata del PRD a la alcaldía tapatía, frente a Cárdenas Jiménez y Caro Cabrera, Ramiro Hernández tiene una debilidad o una desventaja: su partido en Guadalajara.
El Comité Municipal del PRI en la capital tapatía no pasa por sus mejores momentos ni se advierte que está preparado -mucho menos preparándose- para una contienda como la que se ve venir ante un PAN que está dispuesto a recuperar “la joya de la corona” blanquiazul y un  movimiento impulsado con fuerza por un candidato priista herido en su orgullo que buscará demostrarle a su aun partido que se equivocó al no haberlo postulado.
Si alguien conoce las entrañas del priismo tapatío ese es Salvador Caro Cabrera, quien indudablemente será apoyado desde las filas del PRI por quienes han sido agraviados, primero, por la actual dirigencia que encabeza Pablo García y, segundo, que están resentidos, inconformes y molestos por la pésima operación política para sacar adelante el proceso interno, aspirantes o no a una candidatura aun a regidor.
Vamos, Ramiro Hernández no debe ser tan ingenuo para creer que todos los priistas de Guadalajara apoyarán su candidatura y como para no advertir que habrá militantes que desde adentro apoyarán las aspiraciones de Caro Cabrera.
Pero, la verdad, no se ve que la dirigencia priista haya advertido eso.
Al contrario, pareciera que Pablo García anda más preocupado por “amarrar” su lugar en la planilla de regidores y realizando un trabajo por demás innecesario: reuniendo al candidato con la militancia que ya está comprometida, como es la propia estructura del partido o los ex dirigentes municipales.
Si ya era de preocuparse el tener como rival a un candidato como Cárdenas Jiménez, la aparición de Salvador Caro por otro “flanco” hace doblemente difícil la contienda para Ramiro Hernández.
Y si no hace nada antes de arrancar la campaña, si no hace ajustes en la dirigencia municipal a tiempo, quizás después sea demasiado tarde.