Cada año, como en el juego de mesa “Serpientes y escaleras”, los políticos de Jalisco sufren reacomodos por el ejercicio cotidiano de la lucha por obtener y conservar el poder.
El poder no es estático.
De muchas maneras el 2013 fue un año especial para la política de Jalisco: terminó la era de los gobiernos estatales del PAN, y con ello se presentó un desplazamiento severo dentro de la clase política local.
Este simple hecho generó una gran movilidad política, que hizo que los políticos ligados al PAN cayeran estrepitosa y masivamente. Evidentemente, la caída de los panistas marca también el automático ascenso de nuevos actores del poder político en el estado.
Veamos pues a los políticos, grupos e instituciones que obtuvieron la mayor tajada del poder público que estuvo en juego en Jalisco, y a los que tuvieron las más graves pérdidas de poder en el 2013.
Los que subieron: 
1. Jorge Aristóteles Sandoval Díaz. Desde el primero de marzo se convirtió en el Gobernador del Estado, y ese cargo constituye el de mayor poder político en el estado.
2. Raúl Padilla López. Sin duda el ex Rector y jefe político del grupo que controla a la Universidad de Guadalajara tuvo un gran 2013. Salvo los problemas de salud que lo mandaron al hospital a finales de año, logró avances importantes en su estructura de poder: ya sin la  hostilidad de los gobiernos panistas, con el PRI logró colocar a parte de sus incondicionales en el gabinete del gobierno estatal, consolidó su fuerza en el Congreso del Estado, operó sin contratiempos la sucesión de la Rectoría General, sacó adelante la edición de la FIL más riesgosa de la historia (por la presencia del Primer Ministro de Israel) y hasta obtuvo una condecoración extranjera más (Caballero de la Orden de la Legión de Honor de Francia).
3. Francisco Ayón López. Desde su cargo de Secretario de Educación, tal vez el hombre más cercano y de confianza de Aristóteles Sandoval, sigue siendo el político multitareas que atiende los asuntos de gobierno más delicados para el gobernador.
4. Enrique Alfaro Ramírez. Diversas encuestas lo colocan como el puntero en estos momentos para ganar las elecciones de Presidente Municipal tanto de Guadalajara como de Zapopan. Con fuerza política en Tlajomulco, Puerto Vallarta, el Congreso del Estado y los cabildos de los municipios de la zona metropolitana de la capital, cuenta además con el control del Partido Movimiento Ciudadano. Todo esto constituye un buen arsenal para quien se ha convertido en la principal fuerza de oposición en Jalisco.
5. Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco. Sacar adelante los asuntos más delicados que se han presentado durante este año, cambiar la actitud del gobierno estatal frente a la delincuencia organizada y común, y ganarse la confianza plena del gobernador Aristóteles Sandoval al ir consolidando la Fiscalía General que encabeza, Nájera fue otro personaje que también tuvo un buen 2013.
6. Alfredo Barba Mariscal. Sorprendió favorablemente a propios y extraños al convertirse en el presidente municipal priista mejor calificado en la zona metropolitana. Además, a diferencia de lo que sucede en otros municipios, gobierna sin escándalos ni jaloneos.
7. Miguel Castro Reynoso. Luego de su tropezón político al arrancar la actual Legislatura a finales del 2012, el ex alcalde de Tlaquepaque aprovechó el 2013 para reponerse. Rechazó integrarse al gabinete estatal, repudió el dinero para las “casas de enlace” que reciben como sobresueldo los diputados, incrementó la confianza del gobernador Aristóteles Sandoval hacia su persona y fue una piedra molesta para sus compañeros diputados que siguen viendo el Congreso local como un botín a repartir. Se convirtió en dirigente del PRI en Guadalajara, pudo liberarse de Elisa Ayón como Secretaria General, y es uno de los fuertes aspirantes de su partido a la candidatura por la Presidencia Municipal de Guadalajara.
8. Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla. Logró su tan prolongado sueño de convertirse en Rector General de la Universidad de Guadalajara. Con un ambiente propicio en lo externo y lo interno, tendrá también la oportunidad de mejorar a la institución y fortalecer su influencia al interior del grupo político universitario.
9. Héctor Pizano Ramos. Incómodo para muchos, dentro y fuera del PRI, nadie puede regatearle al actual diputado local su habilidad y eficiencia para sacar adelante encomiendas delicadas y para enderezar errores que otros comenten. Sin pertenecer al círculo más cercano del gobernador, Pizano supo avanzar tanto política como mediáticamente, para convertirse en una de las figuras que más avanzaron en el 2013.
10. José Francisco Robles Ortega. Con un estilo elegante, como lo califica Julio César Hernández, el cardenal de Guadalajara aprovechó este 2013 para imponer su estilo y para diferenciarse de su predecesor. Más prudente y carismático, ha sabido cuando hablar y cuando  mover los hilos de su poder, cuando a los intereses de la iglesia que representa conviene. Por supuesto logró que prácticamente nadie extrañe al cardenal Juan Sandoval.
 
Los que bajaron: 
1. Panistas. Después de 18 años en el poder, una legión de panistas fueron desplazados de los palacios, las lujosas oficinas, las camionetas blindadas y, por supuesto, de las jugosas nóminas y los negocios colaterales del gobierno. Figuras como Francisco Ramírez Acuña, Emilio González Márquez, Herbert Taylor Arthur y Diego Monraz Villaseñor pasaron a la realidad del desempleo y la pérdida del poder. Junto con ellos, centenares de panistas tendrán que aprender a vivir fuera del presupuesto.
2. Ramiro Hernández García. Prácticamente no hubo semana del 2013 que los medios no consignaran un escándalo o una ineficiencia surgidos del Ayuntamiento de Guadalajara. La falta de liderazgo, de control y de una visión moderna del gobierno, convirtieron al ex senador en una gran decepción para muchos y en un dolor de cabeza para su partido. Lo delicado para él es que cada día son más los que piensan que su sustitución es necesaria para resolver los graves problemas que enfrenta el gobierno de la capital jalisciense.
3. Elisa Ayón Hernández. Una cultura política que practica y que se niega a morir (prepotencia, soberbia, corrupción y abuso de autoridad), y un descuido (dejarse grabar), son los ingredientes por los que la regidora priista vio cambiar en horas su mejor época política en la peor. Prácticamente sola, deberá enfrentarse a aquellos a los que adjudica su caída en desgracia, pero también a una opinión pública que repudia la forma de hacer política que ella representa.
4. Rodolfo Ocampo Velázquez. El único panista de nivel que ha pisado la cárcel por asuntos de corrupción en el gobierno. Tal vez el único que lo haga en estos tiempos. Al ex director del Siapa le tocó representar en los reclusorios la corrupción y los excesos que cometieron centenares de panistas en 18 años de gobierno en Jalisco. De los lujos, viajes y excesos que disfruto como funcionario público, pasó a una celda en Puente Grande.
5. Congreso del Estado de Jalisco. El Congreso del Estado, tal vez la institución política más desprestigiada en Jalisco, desperdició otro año para mejorar su imagen ante la sociedad. No sólo no revirtieron su desprestigio, sino que los actuales diputados contribuyeron aún más a su deterioro.
6. Héctor Robles Peiro. El alcalde de Zaopopan decepcionó a muchos, que inicialmente fincaron en él buenas expectativas. Escándalos, falta de oficio político, señalamiento de corrupción y un alto grado de ineficiencia marcaron el 2013 de Robles. Para su buena suerte, los escándalos en el gobierno de Guadalajara mantienen ocupados a los medios de comunicación y a la opinión pública, por lo que sus grandes deficiencias se notaron menos.
7. Oscar Benavides Reyes (Coparmex), 8. Juan Alonso Niño (CCIJ), y 9. Francisco Beckmann González (Canaco). Los dirigentes empresariales siguen a la baja. El cambio de gobierno los dejó descobijados, sin el control de los multimillonarios fondos públicos que pudieron controlar a su antojo y beneficio durante la administración del panista Emilio González. Tampoco pudieron influir en el rumbo de la reforma fiscal que emprendió el gobierno federal, ni han sabido organizar a los empresarios de Jalisco para ser protagonistas en la vida pública estatal, ya no digamos en el plano nacional. Y su debilidad se nota más con la poca representación que en verdad ostentan, considerando el número de afiliados que realmente tienen.
10. Juan Sandoval Íñiguez. Conserva su calidad de cardenal y la enorme casa que habita desde que llegó como arzobispo de Guadalajara. Pero su influencia social y política va a la baja. El estilo prudente de su sucesor, José Francisco Robles Ortega, acabó imponiéndose a las formas belicosas de Sandoval.