¿Ha calculado Enrique Alfaro Ramírez el costo político y social de mantener el enfrentamiento con un importante  sector del clero y de católicos en la zona metropolitana de Guadalajara, al mantener en exhibición una escultura que consideran una afrenta y una falta de respeto a su fe y sus creencias religiosas como es la denominada “Sincretismo” que incluye la imagen de la Virgen de Guadalupe?
¿Dejará su responsabilidad como presidente municipal de Guadalajara para buscar la gubernatura, sin responder positivamente a la exigencia de quienes se sienten ofendidos de retirar dicha obra y le heredará el problema a su seguro sucesor, Enrique Ibarra Pedroza? Y si es así, ¿Ibarra Pedroza asumirá la misma postura del aún hoy alcalde o actuará libremente y por cuenta propia, y decidirá el retiro de esa polémica obra?
Valen las anteriores preguntas porque todo indica que los movimientos de protesta, antes que disminuir, irán creciendo conforme avance el tiempo y se haga “oídos sordos” a su petición. Simplemente observemos que el número de participantes crece en las manifestaciones a las que se ha convocado, como la más reciente que reunió a alrededor de tres mil personas, muchísimo más de las que participaron en las primeras.
Y ahora, durante la Romería a la Virgen de Zapopan, a través de volantes que se repartieron a todo lo largo del recorrido, se convocó a una nueva manifestación para mañana sábado a las 14:00 hrs. En este volante se leen los siguientes textos: “La Virgen de Guadalupe ha sido ofendida. ¡No podemos quedarnos pasivos ante tal aberración! Alfaro, te exigimos RESPETES NUESTRA FE (mayúsculas en el original) y retires la figura sincretismo de la vía pública”.
¿Es de esperar más de tres mil manifestantes en contra del “Sincretismo” en esta nueva protesta? ¿Responderán los católicos metropolitanos a la invitación que se les hizo a través de estos volantes? ¿O los moverá, acaso, la enérgica condena que una vez más hizo el cardenal Juan Sandoval Iñiguez ante alrededor de 5 mil 500 feligreses que asistieron a la misa de Patrocinio de la Virgen de Zapopan la noche del miércoles en la explanada del Instituto Cultural Cabañas?
La condena del cardenal Sandoval Iñiguez a la escultura “Sincretismo” puede resumirse en su siguiente expresión:
“Es una blasfemia por lo que representa la imagen (…); es una blasfemia de quienes la diseñaron, pues sabían lo que hacían, no fue una causalidad (…); es una blasfemia de quienes la pagaron (…); es una blasfemia de quienes la defienden…”.
Sin mencionar sus nombres, el ex Arzobispo de Guadalajara calificó de blasfemos al autor de la escultura, Ismael Vargas, y al alcalde de Guadalajara, Enrique Alfaro, quien pagó por ella 5.2 millones de pesos del erario público y se ha convertido en un férreo defensor de la misma.
Así, pues, no son pocos los católicos que coinciden con el cardenal Juan Sandoval cuando ante ese medio millón de fieles congregados a los pies de la Virgen de Zapopan, expresó:
“En Guadalajara también hemos cometido un pecado, una blasfemia en unas láminas…”.