La que hoy termina, fue una semana “negra” para el presidente municipal de Guadalajara, Enrique Alfaro Ramírez, que explica la razón por la que “explotó” ayer en la colonia Lomas del Gallo en contra de los medios de comunicación, particularmente los periódicos El Diario NTR Guadalajara, Mural y La Crónica de Jalisco.
Y no era para menos. El arranque del mes de junio fue malo. Esta semana perdió de todas… todas. Nada le salió. Reclamó y exigió que a su partido se le reconociera como la primera fuerza política en el estado, pero hasta un diputado, uno solo, el que no tiene partido, le ganó la jugada y salió en hombros.
Todo comenzó el miércoles 31 cuando acudió al tradicional barrio de la Capilla de Jesús a entregar una serie de obras realizadas por el Ayuntamiento tapatío, particularmente de repavimentación, donde no se encontró con aplausos, vítores y agradecimiento generalizado de los vecinos, sino con una serie de reclamos por lo mal hecho de las obras: poca altura de las banquetas, afectaciones al drenaje en algunas casas y desperfectos en el aslfaro, entre otros.
En una actitud que algunos interpretaron como una atención de los vecinos, pero muchos otros más lo leyeron como una molestia y enojo, el alcalde Alfaro Ramírez decidió no cortar listón alguno de inauguración, no entregar las obras y retirarse irritado.
Ese mismo día, para rematar, el Observatorio Ciudadano Jalisco Cómo Vamos, reveló los resultados de la encuesta aplicada en los últimos meses del aó pasado y los resultados para el gobierno alfarista en Guadalajara fueron catastróficos: seis de cada diez habitantes se sienten inseguros o muy inseguros en la capital del estado.
Incluso, este organismo aseguró que los tapatíos considera que la inseguridad pública está peor que hace dos años.
Pero no solo eso, sino que el 40.6% de los encuestados desaprobaron al alcalde Enrique Alfaro y sólo un 34% lo aprobó, lo que contrasta con la calificación obtenida por el munícipe de Tlajomulco, Alberto Uribe Camacho, que lo superó al obtener el 50.1% de aprobación y apenas un 28% de desaprobación.
Y para cerrar “con broche de oro” una semana que seguramente no querrá recordar, enfrentó el fracaso de no haber logrado dejar huella en la reforma político-electoral que aprobó en la madrugada del jueves el Congreso del Estado y en la que las medallas de la victoria se las repartieron el gobernador Aristóteles Sandoval y su partido el PRI, y el joven diputado sin partido Pedro Kumamoto Aguilar, concretamente en la que es considerada “la joya de la corona” como es la reducción el financiamiento público a los partidos políticos.
Los alfaristas hicieron en redes sociales un intento por “colgarse” una medalla que finalmente nadie le reconoció, al reiterar que desde hace 10ú 11 años plantearon esa propuesta, pero para entonces no existía el partido Movimiento Ciudadano, Alfaro era perredista y varios de los hoy alfaristas aún disfrutaban de las ventajas de ser panistas o priistas.
Frente a este escenario que para su fortuna quedó atrás, es entendible que ayer, al haber podido entregar obras realizadas en la colonia Lomas del Gallo sin que nadie le reclamara nada, el alcalde de Guadalajara se desahogara y arremetiera en contra de tres matutinos de los que no le gusta lo que publican de él, y a los que acusa de mentir y ser “basura”.