En una de las dos entrevistas que días atrás dos diarios locales publicaron el mismo día y en las que confesó que buscará ser candidato del PRI a la presidencia municipal de Guadalajara, el diputado Trinidad Padilla López declaró que no esperaba que Raúl, su hermano y perredista, le ayudara en la contienda electoral, pero que tampoco le estorbara.
Hasta el momento de escribir estas líneas y de acuerdo al escenario que se observa no sólo al interior del Partido Revolucionario Institucional sino del gabinete y equipo del gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, no se advierte señal alguna que nos lleve a concluir que Trinidad Padilla vaya a ser el ungido para el 2015.
Sin embargo, en política a nadie podemos dar “por muerto” y mucho menos en el PRI donde a muchos el destino les ha hecho una mala jugada, pues cuando creían tener ya la nominación en sus manos terminaban por perderla de manera increíble. Y en ese sentido, muchos otros sorpresivamente se “sacaron la lotería” o la “rifa del tigre”, según el cristal con que se mire.
Un ejemplo de ello es Ramiro Hernández García, quien no tenía en su escenario personal ser candidato del PRI a Guadalajara. Lo demás, ya lo sabemos.
Bueno, pues no hay que perder de vista la frase de Padilla López del : “espero que tampoco me estorbe” e interpretarla con mucho cuidado, pues ese “…que tampoco me estorbe” puede concretarse sea o no Trinidad Padilla el candidato del PRI. ¿Y cómo podría concretarse? Sencillo: con una alianza entre el PAN y el PRD postulando al mismo candidato y que podría darse si éste es Alfonso Petersen Farah.
De esta manera, el PRD no postularía un candidato propio, que de hacerlo no podrían ser otro que no fueran uno de sus dos diputados locales: Celia Fausto o Enrique Velázquez Y es que nada impediría dicha alianza, la cual no puede ser con el PRI porque los estatutos perredistas lo prohiben.
Vamos, en la alianza que actualmente existe entre el PRI, el PRD y el Grupo Universidad, con sus altibajos naturales dependiendo de las circunstancias, podría entenderse para el proceso electoral un alianza PAN-PRD con el visto bueno del Grupo Universidad para llevar la contienda a un tercio entre dicha alianza, el PRI y el Partido Movimiento Ciudadano, con lo que de paso el partido del sol azteca evitaría jugar solo con el riesgo de quedar colocado en una posición muy baja en la tabla electoral.
De otra manera no entendemos cómo es que un potencial candidato del PRI diga que espera que su hermano, militante y líder moral de un partido adversario, no lo estorbe en la contienda cuando el hecho de que el PRD postule a un candidato en contra del hermano del jefe del Grupo es por naturaleza un estorbo.
Yo entendería el “no estorbe…” como el “que no me ponga obstáculos”, y ésto no sería otra cosa que el que el PRD simplemente no postule candidato alguno.
Pero finalmente el fondo de todo esto es una interrogante que vale plantear, dejarla en la mesa y no perderla de vista: ¿Habrá alianza electoral entre el PAN y el PRD en Guadalajara, con todo lo que ello implique como el hacerla más amplia de acuerdo a lo que establece la Ley Electoral?
Al tiempo.