Reunión del 5 de marzo entre diputados locales y el Poder Ejecutivo Foto: Javier Hoyos

Reunión del 5 de marzo entre diputados locales y el Poder Ejecutivo


 
Estamos en el periodo en el que los puntos turísticos del estado generalmente se vuelven difíciles para transitar, pero las ciudades se convierten en paraísos desolados para quienes no salimos de descanso y nos quedamos a disfrutar de lo que en otros momentos sería imposible aprovechar.
Las calles solas, las plazas comerciales a medio flujo, las zonas escolares sin el bullicio cotidiano, el tránsito fluido y hasta las zonas de oficinas burocráticas se vuelven cómodas para las actividades diarias.
Y precisamente hablando de la burocracia, hay que reconocer que hay mucha gente que está descansando de forma merecida, pero muchos otros deberían seguir trabajando.
Por ejemplo, en pleno lunes de la semana de vacaciones, el Gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Días citó a diputados federales y senadores a una reunión de trabajo para ponerse de acuerdo en la forma en que trabajarán, hay que reconocerle a estos legisladores que trabajen en estas fechas.
Además, prácticamente en todo el aparato del Ejecutivo Estatal se puede ver a los altos mandos aprovechando para ponerse a trabajar en una combinación entre responsabilidad y obligación, pues por una parte están obligados a no tomar vacaciones y por otra, saben que deben aprovechar estas fechas de baja intensidad laboral para ponerse al corriente en el trabajo y en la planeación.
En la mayoría de las oficinas de gobierno se ve a los titulares trabajando con personal nuevo que los acompañan, además de algunos de los de más experiencia, para poder apoyarse en el proceso de acomodarse en el puesto y la función.
Pero en contraste con los legisladores federales y los funcionarios del Gobierno del Estado, tenemos a los diputados del Congreso local que ya se fueron de vacaciones a pesar de que legalmente no cumplan el requisito para poder gozar de éste.
El artículo 1 de la Ley para servidores públicos del estado de Jalisco y sus municipios, dice claramente que es de “observancia general y obligatoria para los titulares y servidores públicos de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, organismos constitucionales autónomos, ayuntamientos y sus dependencias, así como para los organismos públicos descentralizados del Poder Ejecutivo del Estado y de los Municipios”, es decir, que aplica parejo a todos los funcionarios estatales.
Y en el artículo 40 dice textualmente: “los servidores públicos que tengan más de seis meses consecutivos de servicio disfrutarán, cuando menos, de dos períodos  anuales de vacaciones de 10 días laborales cada uno, en las fechas que se señalen con anterioridad, según el calendario que para ese efecto establezca la Entidad Pública, de acuerdo con las necesidades del servicio”.
Hasta ahí parece que no hay duda: los diputados llegaron el 1 de noviembre, sólo tienen 4 meses y 22 días cuando decidieron irse de vacaciones, es decir no llegaban a los 6 meses trabajando de los que habla la ley para poder gozar de ese beneficio.
Incluso la ley dice que se dejarán guardias y no excluye a algún poder, pues el mismo artículo dice “en todo caso, se  dejarán guardias para la tramitación de los asuntos pendientes, para las que se utilizarán, de preferencia, los servidores que no tuvieren derecho a vacaciones”.
La frase “en todo caso” no parece ser opcional, sino una forma de orden que señala que en todas las áreas de gobierno debe haber una guardia y en ese caso se debe aprovechar a los servidores públicos que no han reunido el periodo mínimo para gozar de vacaciones.
Aunque hay que decir que algunos diputados sí se están dando sus vueltas a la oficina como los perredistas Celias Fausto y Enrique Velázquez, así como uno que otro de PRI, PAN y MC, pero aún así el edificio permanece cerrado al público.
No es que envidiemos a los diputados por irse de vacaciones sin tener derecho a ello, ni es que nos dé coraje que en promedio cada uno se haya llevado un millón de pesos antes de irse de vacaciones, en realidad es un reclamo como el que hace cualquier patrón a sus empleados por abandonar su trabajo sin tener derecho a vacacionar, sobre todo porque están siendo muy bien pagados, porque no conozco a nadie más que se lleve, a menos de 5 meses de trabajo, un millón de pesos a la bolsa.
Si nos queremos ver mesurados, lo menos que podemos decir, es que los diputados se fueron de vacaciones inmerecidas.