El sábado pasado Miguel Castro Reynoso tomó las riendas del Comité Municipal del PRI en Guadalajara con un sólo objetivo: preparar el terreno para las elecciones del 2015.
Podrá ser él quien se convierta en candidato o algún otro priista -Mauricio Gudiño, Francisco Ayón, descarto por el momento a una mujer como candidata, aunque hay más de una aspirante-, pero la tarea que tiene por delante Castro Reynoso es todo un reto: trabajar para que el PRI retenga el gobierno de la capital jalisciense.
Y para ello tendrá que dedicarle gran parte de su tiempo, combinándolo con su responsabilidad como diputado. Castro Reynoso sabe que “no puede repicar las campanas y andar en la procesión”.
Si Miguel Castro continúa como coordinador de la fracción parlamentaria de su partido en el Congreso del Estado no es porque se aferre al cargo, razones “técnicas”-políticas lo mantienen ahí, pero será cuestión de poco tiempo para que entregue la estafeta como tal.
En Miguel Castro recaerá la responsabilidad de reorganizar al priismo tapatío y convertirlo en el ejército que desplegará antes y durante la jornada electoral para refrendar el triunfo obtenido en 2012 en la presidencia municipal y los distritos electorales, y evitar que se repita la catástrofe registrada en la elección de gobernador.
Por ello, el ex munícipe de Tlaquepaque tendrá que rodearse de colaboradores que no vean el cargo como un “trampolín” para convertirse en candidatos a diputados o regidores. Castro tendrá que incluir como parte de su equipo en el Comité a priistas que saben hacer la “talacha” y han dado resultado, y no de aquellos que sólo les gusta aparecer en el presidium, en las fotos y hacer política de café.
¿De quiénes se rodeará Castro Reynoso? ¿Tendrá la libertad de designar a su equipo o le será impuesto? Aquí está el meollo del asunto, en primera instancia.
Miguel Castro Reynoso sabe lo que se “juega” al aceptar la dirigencia del PRI en Guadalajara, pues no sólo es el proceso de 2015 sino el que va más allá, cuando estará en juego la gubernatura: el proceso del 2018.