Enmedio de la confusión generada por largas horas de discusión sobre la orden del día a seguir en la sesión del Consejo General de la Universidad de Guadalajara y tras declararla clausurada ante la falta de acuerdos, el rector Carlos Briseño Torres abandonó el paraninfo “Enrique Díaz de León” y tras su salida el consejero Roberto López (a la derecha de la fotografía, al fondo), luego de entregarle un sobre amarillo al secretario general Alfredo Peña Ramos que contenía las presuntas “faltas graves” en que incurrió el rector, solicitó a grito abierto su destitución.

A mano levantada, los 134 consejeros presentes, de la corriente padillista, aprobaron su destitución, al igual que la de Gabriel Torres Espinoza como vicerrector.

De inmediato, el consejero Miguel Ángel Navarro -hoy rector de la UdeG-, propuso el nombre de Marco Antonio Cortés Guardado, a la sazón rector del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), para relevar en el cargo a Briseño Torres. Se aprobó por unanimidad.

Esto sucedió un día como hoy, 29 de agosto de 2008… hace 10 años.

Lo ocurrido en aquella desordenada sesión del CGU, fue el epílogo de una serie de hechos que se registraron semanas atrás, con declaraciones y publicación de desplegados a la prensa, con los que Carlos Briseño buscaba sacudirse el control de Raúl Padilla López, de quien días antes, el 29 de julio, habría dicho: “No puede ser y no será el poder tras el trono. El rector general se llama Carlos Briseño Torres…”.

Aquel día, la Universidad de Guadalajara escribía una nueva página de controversia y escándalo de una historia que comenzó a escribirse cuando Padilla López asumió la rectoría.

En un hecho inusitado, la sesión del Consejo General Universitario de aquel día comenzó con un rector que la convocó, Carlos Briseño Torres, y concluyó con un rector diferente, Marco Antonio Cortés Guardado, que la clausuró investido con éste cargo por decisión de la mayoría de los consejeros.

Sin embargo, por la tarde de ese 29 de agosto de 2008, Briseño Torres aseguraba que seguía siendo rector porque fue ilegal el procedimiento de su destitución. En rueda de prensa afirmó: “Estamos legalmente al frente de la Universidad de Guadalajara. No necesito regresar como rector… soy el rector de la Universidad de Guadalajara”.

La lucha de Carlos Briseño por recuperar la rectoría general de la que dijo haber sido despojado violenta e ilegalmente, prosiguió a lo largo de 14 meses hasta que falleció el 19 de noviembre de 2009.