Algo me dice que al joven diputado Pedro Kumamoto Aguilar no le salen las cuentas respecto a los recursos económicos que percibe como integrante del Poder Legislativo y que abren una serie de interrogantes que, al mismo tiempo, generan la percepción de que habría sido un error donar el 70 por ciento de su sueldo que, eso sí, cobra íntegramente al 100 por ciento.
Y esta percepción, por supuesto, va en detrimento de su figura como diputado independiente y del propósito que en el discurso vendió durante su campaña y que mantiene como diputado, de que sería diferente a los diputados que forman parte de la hoy tan cuestionada y vapuleada clase política.
Desde que asumió el cargo, y hasta hace algunos pocos días, ha declarado hasta la saciedad que le parece exagerado el sueldo que reciben los diputados y que a él le basta quedarse con el 30 por ciento de esos ingresos para vivir o cubrir sus más elementales necesidades, y que por eso había decidido donar el resto.
Hasta ahí todo parece estar bien y ese gesto le ha valido el aplauso del respetable -dicen en el argot de los espectáculos y la farándula-. Sin embargo, algo nos dice que quizás hoy Kumamoto se arrepiente de andar de dadivoso y altruista -que finalmente es una decisión muy personal de cada quien-, y ya constató y se convenció de que le hace falta parte o todo aquel recurso que decidió donar desde la primera quincena que recibió, pues el 30 por ciento con el que se quedó ya no le alcanza para el gasto, dirían las amas de casa.
Y es que en los últimos días dos cosas han llamado la atención que refuerzan la creencia anterior y que tiene que ver con los recursos económicos que recibe el joven legislador:
1. Que contra lo que todos sus simpatizantes y no simpatizantes hubiesen esperado, recibió sin “chistar”, sin queja alguna, el incremento salarial que él y sus 38 compañeros diputados se autorizaron en lo oscurito y a escondidas, sin importarle que se estuviera comportando como un “vulgar” integrante de la clase política a la que tanto critica y de la que en el discurso busca desmarcarse, deslindarse.
Pero no sólo aceptó dicho aumento de sueldo sino que además de ser uno de sus impulsores como parte integrante de la Junta de Coordinación Política,  guardó silencio y no lo denunció públicamente como sus seguidores y no seguidores hubieran esperado.
2. Que se conoció que apenas la Comisión de Administración aprobó la ampliación de la bolsa económica para préstamos personales al pasarla de dos a cinco millones de pesos él, al igual que cinco diputados del Partido Movimiento Ciudadano, fue de los primeros en solicitar dicho préstamo -se desconoce el monto-, aunque se ignora si lo hizo en los mismos términos y bajo el mismo fundamento que el diputados Augusto Valencia, porque entonces sería ilegal como lo es el que se le otorgó al ex presidente del Instituto de Transparencia.
Sin embargo, al igual que a los otros tres diputados de MC, dicho préstamo no se le ha otorgado quién sabe por qué motivos.
Por supuesto que Kumamoto Aguilar no está obligado a explicar para qué carambas quiere un préstamo personal -por el que no pagaría intereses-, siempre y cuando lo pida y le entreguen dentro de la legalidad, pero sí deja abiertas varias interrogantes sobre el incremento salarial por el efecto negativa hacia su imagen, no obstante que ayer dieron marcha atrás al acuerdo y volverán a ganar lo mismo que ganaban hasta junio pasado.
Y estas interrogantes son:
1. Si los 65 mil pesos mensuales que reciben se le hace un sueldo excesivo, ¿por qué estuvo de acuerdo, aprobó y recibió el incremento salarial de casi 10 mil pesos más?
2 ¿Por qué no respetó el Pacto de Austeridad que él y el resto de los diputados firmaron y se comprometieron a respetar durante los tres años de su gestión?
3. ¿Por qué no reveló o denunció este aumento, en congruencia con su política de transparencia que lo ha llevado a hacer pública su agenda, revelar los nombres de las personas que recibe en su oficina y a mantener las puertas abiertas de la misma para que los ciudadanos acudan a plantearle sus problemas?
4. ¿Por qué trató de justificar este aumento salarial con el argumento de que fue un “error administrativo” sin haber comprobado que fuera cierto y que luego fue el propio secretario general del Congreso, Jesús Reynoso Loza, quien les hizo ver que nunca existió ese “error administrativo” con el que los diputados pretendieron ocultar sus ambiciones económicas?
Sin duda que la conducta del diputado independiente en temas que tienen que ver con pesos y centavos no es diferente a la de los diputados postulados por un partido político, y deja en evidencia que cuando se trata de beneficiarse con recursos del erario público no hay diferencia ni impedimento alguno para que haya unanimidad.
Por el contrario, parece que basta con que les digan dónde hay…