El denominado Acuerdo Inicial de Austeridad y Transparencia de la LX Legislatura nació muy débil, sin acciones contundentes ni decisiones firmes que ofrezcan la certeza de que los próximos diputados llevarán a los hechos lo que tanto han declarado un día sí y el otro también.
Integrado por nueve puntos, únicamente el tercero y el cuarto de éste Acuerdo contienen algunas pinceladas de acciones dirigidas a lograr ahorros económicos, pero con sus “asegunes” que abordaremos más adelante; mientras que los puntos restantes sólo se refieren a acciones administrativas, varias de ellas obligatorias por ley y otras de sentido común, que no generan confianza de que las cosas pueden ser distintas en la siguiente Legislatura.
Ejemplos de éstos últimos puntos, que son la mayoría del Acuerdo, son: revisar la plantilla de personal, rediseñar la estructura organizacional, elaborar el Catálogo de Puestos, manuelaes de organización, de procesos y de procedimientos, instalar la Comisión de Adquisiciones, analizar y adecuar las facultades y atribuciones de la Comisión de Administración, firma de diputados como corresponsables de las contrataciones del personal, destinar los ahorros al pago de la deuda y realizar una entrega-recepción con una Comisión espejo, incluida.
Entremos a los dos puntos del Acuerdo con mayor “carnita”:
El tercero habla de llegar a reducir para el 2018 el presupuesto ejercido este año 2012 hasta en un 40%.
Lo curioso es que el presupuesto de éste año de la 59 Legislatura asciende a alrededor de 700 millones de pesos que incluye el pago de  todos los abusos que hoy se les recrimina a los actuales diputados: exceso de supernumerarios,  casas de enlace, pago de gasolinas, casas de enlace, etc. etc.
Pero resulta que la 60 Legislatura ejercerá en 2013 un presupuesto similar al actual de 700 millones, ya sin deudas de por medio, pues el presupuesto contemplado para el año próximo asciende a 905 millones 117 mil 900 pesos, de los cuales se destinan 208 millones 940 mil para adefas, o sea las deudas.
De esta manera, los próximos diputados tendrán 696 millones 177 mil 900 para su gasto anual que debería de estar ya limpio de los abusos de la actual Legislatura; o sea sin el exceso de supernumerarios y no pago de beneficios irregulares  y demás abusos.
¿Dónde está, entonces, el ahorro y la austeridad tan mencionada?
En este punto se habla de que habrá “reducciones” en algunos rubros, pero no que desaparecerán esos gastos por completo, aunque algunos rubros que se mencionan en este Acuerdo ya no existen en la actual legislatura, como es el pago de casetas (taretas llave), gastos de representación y gasolina, entre otros.
Y se habla de que sólo el presidente del Congreso tendrá asignado un automóvil oficial y ya no ningún diputado ni funcionario de primer nivel. Oficialmente hoy esto ya está vigente: sólo el Presidente tiene asignado un automóvil oficial.
El cuarto punto refiere la reducción “desde el primer día” del personal supernumerario en “aproximadamente 60%”., pero no especifica cuál es el plazo para cubrir dicho porcentaje ni tampoco se justifica por qué el 60% y no un 70, 80 o 90 por ciento de este personal.
¿Dónde está, pues, la austeridad tan prometida?