Como “reguero de pólvora” corrió hoy por la mañana en las redes sociales la noticia de que Margarita Zavala Martín del Campo renunciaría a su militancia al Partido Acción Nacional, y que todo era cuestión de horas para que se hiciera oficial.
Poco después, alrededor de las 13:00 horas, a través de su cuenta en Twitter, Margarita Zavala anunció:
“Mañana a las 14:00 hrs haré un posicionamiento sobre la información difundida esta mañana. Hoy estoy fuera de la ciudad”.
Las apuestas están a favor de que renunciará a su linaje azul y se registrará como candidata independiente e la presidencia de la República, aspiración que deberá de concretar entregando su documentación ante el Instituto Nacional Electoral (INE) antes del domingo próximo -o ese mismo día-, cuando se cierra el plazo para hacerlo.
De renunciar al PAN y contender sin partido por regresar a Los Pinos, ¿qué efectos puede tener esta decisión en Jalisco?
Sin duda mucho. Y de entrada podría decir que le sería más favorable que lo contrario, no obstante que la estructura del partido simpatiza con la candidatura de su dirigente nacional, Ricardo Anaya, aunque el panorama puede cambiarle si insiste en presionar para que el panismo jalisciense “adopte” a Enrique Alfaro Ramírez como su candidato a la gubernatura y haga campaña a su favor, en su deseo de replicar en el estado el Frente Ciudadano por México.
Creo que la candidatura de Margarita Zavala a la presidencia de la República sin partido, podría resultarle rentable ante el panismo tradicional aún existente en Jalisco que, por un lado, se ha distanciado en desacuerdo por como se ha conducido su partido durante las dirigencias más recientes y, por el otro, que difícilmente -por no decir que es imposible- respaldaría la candidatura presidencial de Anaya por considerar que le ha hecho mucho daño al PAN o de cualquier otro candidato que pudiera ser postulado por el Frente.
Zavala lleva el panismo en la sangre, y eso hace que un importante sector del panismo tradicional se identifique con ella y con el propio Felipe Calderón. Muestra de ello fue la elección del 2006 donde el panismo local mucho tuvo que ver para que éste llegara a Los Pinos.
Es cierto que ese voto tradicional no representará el 1.4 ó 1.5 millones de sufragios que le darían la victoria a Margarita, pero sin duda una parte importante de ellos sería a su favor e iría en detrimento de quien fuera el abanderado panista o del mismo Frente. El panismo que en los últimos años ha estado “dormido” en Jalisco, pudiera despertar en apoyo de Zavala en lugar de quedarse en casa el día de la jornada electoral.
Reitero, quizás no sean votos para alcanzar la victoria, pero creo que Jalisco sería de las entidades que mayor número de ellos le aporte a nivel nacional.
Pero hay que esperar para conocer cuál será su posicionamiento el día de mañana cuando, sin duda, tendrá la atención de la clase política del país.