Enrique Alfaro Ramírez, Jesús Pablo Lemus Navarro, María Elena Limón García, Alberto Uribe Camacho y Héctor Álvarez Contreras rinden -no toman, como erróneamente se afirma- protesta como nuevos presidentes municipales de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tlajomulco y Zapotlanejo.
Sin embargo, no obstante que los cinco tienen una misma tarea, gobernar sus respectivos municipios, hay una amplia diferencia entre los tres primeros y los dos últimos, porque tanto Héctor como Alberto vuelven a gobernar por segunda ocasión el mismo territorio, aunque Uribe Camacho la primera ocasión lo hizo de manera interina mientras Álvarez Contreras va por su segundo trienio.
Todos ellos, al igual que el priista Sergio Chávez, tendrán como testigo de honor al gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz.
Aunque cada uno de los alcaldes alfaristas del Partido Movimiento Ciudadano han generado amplias expectativas entre la ciudadanía que les dio la victoria, en lo particular el escenario que enfrentarán es diferente. Hagamos un análisis del reto que enfrentarán estos munícipes que se encuentran en la antesala del gobierno.
Enrique Alfaro Ramírez. Buscó gobernar Guadalajara como “trampolín” para ser candidato a la gubernatura en 2018. Lo fue en 2012, luego de gobernar Tlajomulco, pero no logró la victoria. Hoy vuelve a intentarlo por segunda ocasión. Hoy Alfaro sabrá que no es lo mismo gobernar un municipio como Tlajomulco, donde todo fue tierra fértil para el lucimiento, que la segunda ciudad más importante del país y nada menos que capital de Jalisco. Aunque suene reiterativo, como munícipe de Tlajomulco tuvo todo el apoyo político y económico del gobernador en turno, Emilio González Márquez. Hoy tiene enfrente a un gobernador del PRI y quien nada menos le ganó la elección hace tres años. Ahora no tendrá ni apoyo político ni económico. Su candidatura abrió grandes expectativas de los tapatíos que sabe muy bien que un “paso en falso” podría traerle un alto costo político que afecte su andar rumbo al 2018. Los analistas dicen que no tiene justificación para no cumplir sus promesas y compromisos de campaña, pues experiencia la tiene aunque los recursos económicos serán muy pocos. Ahí está otro reto más para Alfaro: responder aún sin dinero. El ser líder moral del Partido Movimiento Ciudadano y ser quien designó a Lemus Navarro y a Limón García, lo coloca también en una posición de alto riesgo de un golpe político en caso de que alguno de estos dos, o los dos, resulten un fiasco como gobernantes.
Jesús Pablo Lemus Navarro. Sin experiencia política ni de gobierno, llega impulsado por la ola alfarista y la del sector empresarial al que pertenece. Su reto principal es también cubrir las altas expectativas que como candidato del Partido Movimiento Ciudadano abrió entre los zapopanos, aunque ya de entrada incumplió una de sus promesas: que las universidades le propusieran candidat@s para elegir a quien encabezaría la Contraloría. Mandó “al diablo” su compromiso y designó a una ex panista en el cargo. Sus errores le costarán, pero también alcanzarán a su mentor Alfaro Ramírez por ser quien lo impuso como candidato. Su experiencia, mucha o poca, como empresario podría ayudarle a caminar por una senda segura. Como alcalde, tendrá que demostrar que realmente le interesa atender las colonias populares, las más pobres de Zapopan, y que no solamente las utilizó como escenografía electoral durante su campaña. Si hace un buen trabajo, buscará la reelección si cuenta con la venia de Alfaro: En caso contrario, será “debut y despedida”. Como alcalde comprobará que no es lo mismo atender necesidades de quienes como él tienen todos los problemas resueltos, que de aquellos zapopanos que carecen de hasta los más mínimos satisfactores para tener una vida digna.
María Elena Limón García. Sorprendida ella y sus impulsores por el triunfo obtenido para llegar a la presidencia municipal de Tlaquepaque, Limón García, considerada “la rebelde” del alfarismo, tendrá que demostrar que no fue “chiripada” haberle ganado nada menos que al grupo de los Barba y que su capacidad para gobernar y hacer bien las cosas es tanto como el carácter que aseguran tienen y que la lleva, en ocasiones, a tener constantes fricciones inclusive entre los suyos. Limón García sabrá que no es lo mismo gobernar un municipio tan difícil como en Tlaquepaque que realizar relaciones públicas. Los errores que cometa al frente del Ayuntamiento también repercutirán en su nuevo jefe político. No le será fácil conciliar con el grupo político de los Barba que buscarán aprovechar, sin que necesariamente ellos los provoquen, cualquier “tropiezo” de la única alcaldesa de la zona metropolitana.
Alberto Uribe Camacho. Gobernar por segunda ocasión un municipio que a estas alturas ya conoce como la palma de su mano, parece que le traerá grandes ventajas de diferente índole. Por un lado, ya conoce de qué lado “cojea” Tlajomulco y le será más fácil encontrar la manera de corregirle el camino. Sin embargo, de no hacerlo el costo será grande, pues no tiene justificación para no resolver los problemas que enfrentan los tlajomulquenses. Por el otro, tendrá la oportunidad de hacer un trabajo propio, de darle el sello personal a la administración municipal, alejado de la sombra de Enrique Alfaro y quizás más cercano al tabajo realizado por su antecesor, quien parece ser su mejor aliado. Otra ventaja que podría aprovechar Uribe es que quizás sea el alfarista que mejor relación tenga con el gobierno estatal priista, y seguramente sabrá sacarle provecho a esa relación, sin provocar el enojo de su grupo ni convertir en aliado de los priistas. Su fracaso o éxito definirán su futuro político, ya sea por una senda propia o nuevamente bajo la tutoría de Alfaro.
Héctor Álvarez Contreras. Quizás el neoalfarista y presidente municipal del Partido Movimiento Ciudadano que menos problemas tendrá, pues además de que conoce qué le “duele” a su municipio, también sabe encontar la “medicina” para desaparecerlo o, cuando menos, reducirlo. Ni tan lejos ni tan cerca del alfarismo, Héctor Álvarez tendrá el camino libre para seguir la tarea que comenzó cuando fue alcalde por el Partido Acción Nacional. A diferencia de Lemus y Limón, los errores de Álvarez no le “pegarán” con la misma intensidad a Enrique Alfaro, del que por supuesto no será un “dolor de cabeza”.
Este es el escenario con el que los alcaldes alfaristas rendirán protesta hoy. Mañana, primero de octubre, cuando ya se hagan cargo del gobierno en sus respectivos municipios, estos escenarios serán diferentes. Si, apenas con una diferencia de 24 horas Enrique Alfaro, Jesús Pablo Lemus, “Nena” Limón, Alberto Uribe y Héctor Ávarez pasarán del sueño a la realidad, que puede ser tan “cruda” o tan “dulce” como ellos mismos lo decidan.