Existen fuertes sospechas de que hubo, por lo menos, evasión de responsabilidades penales y tráfico de influencias en el tratamiento que se le ha dado al accidente en el que se vio involucrado el cantante Alejandro Fernández.
Las reacciones del equipo de prensa del cantante y del propio Alejandro Fernández, junto con el silencio que han guardado las autoridades municipales y estatales, evidencia que algo o mucho se oculta de lo sucedido en la madrugada del pasado miércoles dos de septiembre por la avenida Patria, en las inmediaciones del bosque Los Colomos.
¿Iba manejando Alejandro Fernández la camioneta accidentada?
¿Conducía en estado de ebriedad?
Si el iba conduciendo, y lo hacía ebrio, ¿a quién o quiénes más lesionó?
¿Qué responsabilidad penal se desprende de esa acción?
Insisto, las propias reacciones del equipo de prensa del cantante evidencian que algo serio ocultan.
Si Alejandro Fernández no iba manejando el vehículo, ¿por qué entonces negar hasta que sí iba a bordo?
Si el hijo de Vicente no iba conduciendo alcoholizado, ¿por qué la extraña insistencia en que era uno de sus escoltas el que lo hacía y de achacarle la culpa a la lluvia y el lodo?
Ante las sospechas fundadas de que hubo tráfico de influencias para evitar la responsabilidad penal por este accidente, las autoridades municipales de Zapopan que atendieron en los primeros minutos el siniestro deben dar una explicación de por qué dejaron ir al cantante y a su escolta así nomás, habiendo un choque y lesionados. ¿Cómo está registrada su actuación?
El hospital privado donde atendieron a los accidentados también tenía la obligación de informar a las autoridades ministeriales acerca de los lesionados para que se hiciera la investigación respectiva. ¿Lo hicieron?
La Fiscalía General del Estado, que está obligada a perseguir el delito y buscar el castigo a los culpables, ¿actuó con imparcialidad y celeridad para garantizar las pruebas que permitieran esclarecer a cabalidad lo sucedido en ese accidente?, ¿hizo los peritajes respectivos para conocer el nivel de alcohol y la real responsabilidad de los involucrados?, ¿o se prestó para facilitarle al cantante, por ser figura pública, que evadiera la responsabilidad?
¿Hubo tráfico de influencias? De ser así, ¿quién o quiénes desde el gobierno dieron la instrucción de ayudarle al cantante a evadir su responsabilidad?
De verdad, para no abonar al desgaste de la confianza de la sociedad hacia sus instituciones, este asunto no puede quedar en el simple pago de una palmera derribada.
La justicia en Jalisco no puede seguir dando un mal espectáculo.