Para poder combatir a la delincuencia, sobre todo a la organizada, se requiere que los responsables de hacer cumplir la ley y de castigar a quien la viola estén bien informados, que sepan donde están parados. Un fiscal desinformado no puede combatir eficientemente a los criminales.
El problema para los jaliscienses es que el Fiscal General Eduardo Almaguer Ramírez ha dado en varias ocasiones muestras claras de no saber qué pasa en asuntos delicados.
Uno de esos casos fue el del secuestro de seis personas en el restaurante La Leche de Puerto Vallarta la madrugada del lunes 15 de agosto pasado.
Como él mismo lo informó, ese día muy temprano voló hacia el puerto para encabezar personalmente las investigaciones.
Durante la mañana y en una rueda de prensa vespertina Almaguer aún no podía precisar cuántas personas habían sido privadas de su libertad. Eran entre 10 y 12 decía. Sin embargo, como después se supo, había videos claros del restaurante donde se ve con precisión cuántas fueron secuestradas. ¿No tuvo acceso el fiscal a esos videos? Porque, de haber tenido acceso a los mismos, lo hubiera sabido.
Tampoco fue capaz de precisar que realmente un hijo del Chapo Guzmán estaba entre los secuestrados, no obstante que esa información ya estaba corriendo en círculos de instituciones de seguridad y medios de comunicación nacionales.
Muy tarde alcanzó a reconocer que sí había sido secuestrado un hijo del Chapo cuando ya se empezaba a rumorar que no era uno ni dos sino tres los descendientes de éste los que estaban en el grupo privado de su libertad. ¿No cuenta Almaguer con los recursos ni con los contactos en los órganos de inteligencia que le permitan tener acceso a ese tipo de información?
La más reciente evidencia de desinformación del fiscal se dio a raíz de la difusión de un audio donde Nemesio El Mencho Oseguera, líder de un cartel, amenaza y ordena a un mando policiaco de la Fiscalía de Jalisco que retire a sus policías de una zona.
En una rueda de prensa Eduardo Almaguer dijo desconocer el origen y las voces del mismo, como también lo hizo a través de las redes sociales de la institución: “En ese sentido la Fiscalía no reconoce ningún tipo de autenticidad, y no reconoce ningún tipo de voz de las que ahí aparecen”.
De nueva cuenta tuvo que reconocer un día después que la voz de uno de los grabados sí corresponde al mando policiaco y que éste mismo había entregado dicho audio desde hacia ¡cinco meses!
Al ser nuevamente exhibido, y tal vez para tratar de ocultar lo desinformado que está, el fiscal justificó su cambio de versión diciendo que lo primero que había dicho había sido ¡por estrategia!
Estos son sólo dos casos evidentes, pero han sido otras más en los que Almaguer ha exhibido lo desinformado que está.
Y eso resulta bastante delicado y preocupante si consideramos que buena parte de la seguridad de los jaliscienses depende del desempeño de Eduardo Almaguer.