El gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz decidió atender la sensibilidad de los panistas y “enfrió” a sus colaboradores en su afán de revelar las presuntas irregularidades encontradas en no pocas dependencias estatales cometidas en la pasada administración de Emilio González Márquez.
Ayer Sandoval Díaz hizo público -o a través de los medios les envió el mensaje- que para hablar de este tema -las irregularidades, por no hablar aun de presuntos ilícitos- habrá un sólo vocero: el contralor Juan José Bañuelos Guardado.
Sin embargo, en su declaración de ayer no dejó pasar la oportunidad de mandarles un mensaje a los panistas sobre la forma en que entregaron la administración estatal. Dijo:
“Llegamos a ordenar, a darle orden a muchas de las áreas, llegamos a hacer un diagnóstico, una revisión; no es lo que se nos dijo en la transición lo que estamos encontrando (…) en este estado no había acuerdos, en este estado los distintos sectores hacían un esfuerzo por su lado y a pesar del gobierno. Hoy el gobierno quiere ser sólo un articulador, el que genere los consensos y los acuerdos para que haya soluciones a los graves problemas que tenemos desde hace muchos años”.
Con esta decisión, el Mandatario recurre a la prudencia del Contralor a sabiendas de que éste, hasta por interés propio o sobrevivencia, no hará declaraciones sobre el tema si no cuenta con elementos que sostengan sus dichos, más allá de la etapa en que se encuentre la investigación.
Habría que subrayar que la mayoría de las denuncias que han hecho algunos secretarios sobre las presuntas irregularidades cometidas durante la administración pasada no son nuevas, pues varias de ellas fueron reveladas antes por los medios de comunicación y son éstas las que el gobierno estatal debe de investigar, amén de las que encuentren sus funcionarios.
Lo que nos extraña es la sensibilidad o la piel tan delgada de los panistas, quienes ahora se quejan de lo que ellos hicieron cuando arribaron por vez primera al gobierno del estado o municipales, aunque finalmente no se atrevieron a sancionar a ningún ex priista o nunca tuvieron verdaderas pruebas para hacerlo, cuando la sociedad esperaba que eso hicieran.
Pero, bueno, al parecer el gobernador Aristóteles no quiere que se genere un clima inadecuado para ir “amarrando” acuerdos donde requiere del apoyo panista.
Aunque ojalá y no se le olvide que el principal “cáncer” en Jalisco se llama impunidad, y que no se vale cerrar los ojos ante las evidencias -pruebas, si las hay-, sólo por contar con el avala y los votos panistas.