En su turno, el diputado Abraham González Uyeda escribió en su cuenta de twitter lo siguiente sobre la cumbre de Gobernadores panistas:
“Apoyo a los 3 gobernadores PANISTAS q exigen investigar y en su caso sancione a diputados de la pasada legislatura q hicieron malo$ manejo$$”.
Efectivamente, mucho tiempo después de que los medios de comunicación abordaron hasta la saciedad las irregularidades, malos manejos y presuntos delitos de la pasada Legislatura y los hoy acusadores guardaron cómplice silencio, ahora se “rasgan las vestiduras” y condenan dichos casos de corrupción y exigen -¡hasta ahora!- que se castigue a los culpables.
Luego concluir su encuentro con sus compañeros gobernadores Alberto Cárdenas y Emilio González, Francisco Ramírez Acuña declaró a los reporteros que “le hemos pedido al Gobernador que estemos, que se llegue hasta las últimas consecuencias el tema de las presuntas desviaciones (de la LVIII Legislatura). Todos los coordinadores de las fracciones anteriores, varios diputados de las fracciones anteriores, de los que estuvieron cerca del Congreso estatal anterior deberán rendir cuentas…”.
Le preguntaron si esta postura afectaba al ex diputado y hoy regidor Jorge Salinas Osornio, ex coordinador de la fracción panista y un hombre cercano a Ramírez Acuña, quien respondió:
“No tengo preferidas ni preferidos. Mi única preferencia es Acción Nacional, México yJalisco”.
¿Por qué hasta año y cinco meses después de que concluyó la pasada Legislatura, y en vísperas de los procesos internos de elección de candidatos para el 2012, los gobernadores del PAN se pronuncian en contra de esas irregularidades?
¿Por qué hasta ahora se pronuncian sobre el tema y nunca alzaron la voz cuando se dio a conocer la auditoría que realizó una empresa privada y se revelaron sus resultados?
¿Por qué en aquel tiempo no alzaron la voz Alberto Cárdenas Jiménez, Francisco Ramírez Acuña y Emilio González Márquez y exigieron a sus dirigentes de partido, nacional y estatal, que llamaran a cuentas a sus correligionarios que formaron parte de esa Legislatura y de la que fueron mayoría, y se les sancionara?
¿Por qué entonces Ramírez Acuña no dirigió su dedo en contra de su “delfín” Jorge Salinas Osornio?
¿Por qué entonces Alberto Cárdenas no sacó a relucir su característico vocabulario para condenar a sus propios compañeros de partido?
¿Por qué Emilio González no hizo nada como gobernador en contra de los diputados que cubrieron la primera mitad de su sexenio, ni cuando concluyeron su gestión y mucho menos cuando se conoció el resultado de la mencionada auditoría?
¿Por qué entonces, reitero, guardaron sospechoso y cómplice silencio, y ahora se levantan como los más severos críticos de la corrupción panista?
¿Acaso van a decir que sus respectivas administraciones fueron intachables y que nunca hubo casos de corrupción? ¿Deveras nadie mereció ser denunciado y ser, inclusive, metido a la cárcel?
No hay duda, pues, que el 2012 está haciendo milagros y maravillas al interior del PAN.
¡Bendito año electoral!