Hace algunas horas Ramiro Hernández García hizo entrega de las oficinas que ocupaba en la sede de la Sagarpa como coordinador de delegados, a donde llegó invitado por el ex titular José Calzada, quien hoy encabeza al Movimiento Territorial del PRI.
Ante la renuncia de Calzada era lógica y esperada la renuncia de Hernández García, y la pregunta que no pocos se hacían es: ¿A dónde irá el ex alcalde de Guadalajara, luego de que no apareció en la lista de candidatos plurinominales a la Cámara de Diputados como se esperaba?
La respuesta corrió como “reguero de pólvora” hace algunos días: será designado delegado especial con funciones de presidente del comité estatal del PRI, en sustitución de Héctor Pizano Ramos, con todos los riesgo que implica hacer el relevo de la dirigencia pocas horas después del arranque de la campaña electoral.
¿Por qué un cambio en la dirigencia del PRI a éstas alturas del juego y cuando Pizano Ramos había recibido ya el respaldo del candidato a la gubernatura y demás aspirantes a cargos de elección popular, así como del primer priista del Estado? Al parecer hay un autor intelectual de todo lo anterior: Manlio Fabio Beltrones Rivera, coordinador de campaña de José Antonio Meade Kuribreña en la primera circunscripción, quien de esta manera toma el control en uno de los estados electoralmente más importantes del país.
Para nadie es desconocida la cercanía que hay entre Beltrones Rivera y Hernández García, quien integró al equipo de campaña de Enrique Peña hace seis años -junto con la también beltronista María Esther Scherman-, impulsado por el sonorense. Por lo tanto, no debe de extrañarnos que de Manlio Fabio sea “la mano que mueve la cuna” -con el aval del candidato presidencial-, y sea el promotor del relevo de Héctor y la llegada de Ramiro en su lugar, lo que aseguran se concretará la próxima semana.
Pero en torno a ésta relación no sólo debe entenderse el cambio en la presidencia del partido, sino también la integración de Hortencia Noroña como “brazo derecho” de Miguel Castro en el equipo de campaña y, lo más destacado, su inclusión como candidata a diputada federal plurinominal en el lugar número seis, por encima de dirigentes sectoriales como Arturo Zamora, de la CNOP, e Ismael Hernández Deras, de la CNC, y también del actual delegado del CEN en Jalisco y ex dirigente cenecista, Manuel Cota.
Lo que estamos atestiguando es una alianza entre Miguel Castro y Ramiro Hernández -como cabeza de grupo del priismo en Jalisco-, para caminar juntos en ésta muy complicada campaña por la gubernatura, respaldándose en la relación del segundo con el ex dirigente nacional del PRI y hoy coordinador de Meade, Beltrones Rivera. En esta alianza, no se advierte que esté incluido el gobernador Jorge Aristóteles Sandoval, quien seguramente no puso objeción alguna al cambio en la presidencia del comité estatal.
Así, pues, en vísperas del inicio de la campaña de Castro y demás candidatos a la senaduría, diputaciones federales y locales, así como alcaldías, la “mano” de Manlio Fabio Beltrones se ha hecho sentir. La expectativa es qué tan efectiva será su estrategia electoral cuando como dirigente nacional del PRI perdió la mayoría de gubernaturas en juego.
Por lo pronto, va colocando sus “piezas” en el tablero electoral en Jalisco.