Es triste advertir el nivel de ignorancia de muchos de nuestros diputados que no generan otra cosa que vergüenza en la ciudadanía. Y con ellos, se suman muchos personajes que han jugado el papel de “patiños” en el Caso del Auditor y que replican lo que aquellos sueltan.
Lamentablemente en el mismo papel están algunos colegas y medios de comunicación.
Lo que sucedió ayer en el Congreso del Estado en este tema es para que no pocos de estos diputados que son abogados se regresen a la escuela y quienes no lo son despidan a sus asesores jurídicos, empezando por la diputada Rocío Corona Nakamura (que es abogada y que será tema aparte) , y su propuesta.
Corona Nakamura -quien como integrante del grupo político al que pertenece mantiene una animadversión personal en contra del Auditor-, propuso que el auditor Alonso Godoy Pelayo fuera separado de su cargo en tanto la Procuraduría General de Justicia llevaba a cabo la investigación de la denuncia penal que presentaría el Congreso del Estado.
La propuesta fue sometida a votación de los diputados presentes, arrojando el siguiente resultados: 17 en contra y 16 a favor. Ante este resultado, las reacciones fueron que un voto salvó al Auditor, que el voto de los diputados Jesús Casillas y Mariana Fernández le permitieron seguir en el cargo, que el diputado panista Héctor Álvarez fue el que impidió que el Auditor fuera removido.
Deveras: ¡cuánta ignorancia!
Primero, ninguna legislación contempla la separación temporal del Auditor Superior del Estado.
Segundo, la destitución del Auditor sólo puede ser “exclusivamente, por las causas graves que previene el Título Octavo de la Constitución Política y la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos”, y en este caso no se cubren.
Tercero, para remover o destituir al Auditor Superior del Estado se requieren las dos terceras partes de los diputados integrantes del Congreso del Estado; o sea, ¡todos! los 39 diputados, y no de los asistentes, por lo que se requiere de 26 votos y no basta la mayoría simple de la mitad más uno de los diputados presentes.
De este absurdo teatro de la ignorancia habría que hacer a un lado al diputado Raúl Vargas López, que fue el único que hizo ver que no había elementos jurídicos ni legales para dar paso a la propuesta de la priista Corona Nakamura, a quien le reprochó su conducta pese a ser abogada, al igual que al diputado Miguel Ángel Monraz.
¿Son a estos diputados a quienes les confíamos la elaboración de las leyes de Jalisco?
Y saber que aun faltan varios meses para que nuestros trístemente célebres legisladores de hoy se vayan y dejen de estar dando ¡tantas vergüenzas!