Con 70 años de edad, José Narro Robles, aspirante a la presidencia nacional del PRI, fue categórico:

“La gente experimentada sí puede conducir cambios y hacer política diferente…”.

Y enarbolando la bandera del cambio en su partido en el que aspiró a ser el candidato presidencial para las pasadas elecciones del 2012, Narro Robles subrayó que los cambios que ofrece concretar en caso de ganar el proceso interno para la dirigencia, y que su partido requiere, es el de la congruencia y la consistencia, y un apego a las causas sociales.

Sin probar bocado alguno durante el desayuno con los reporteros, el dos veces rector de la UNAM asumió una actitud autocrítica hacia su partido y sus correligionarios o ex compañeros -porque ya renunciaron al tricolor-.

Sin probar bocado alguno durante el desayuno con los reporteros, el dos veces rector de la UNAM asumió una actitud autocrítica hacia su partido y sus correligionarios o ex compañeros -porque ya renunciaron al tricolor-. Dijo que desde su partido algunos cometieron errores, pero que el PRI es un partido que está presente en la sociedad y, por lo tanto, está vigente.

Reconoció que en su encuentro con priistas a lo largo y ancho del país se ha encontrado con que en ellos hay enojo, desazón e incertidumbre, pero al mismo tiempo “animosa y echada para adelante” que demanda cambios, poner fin a la corrupción, modificar los métodos de selección de candidatos, que las candidaturas no sean para las dirigencias sino para las militancias.

Y en ese sentido destacó que quienes aspiran a dirigir al PRI deben renunciar a aspirar a cargos de elección popular, que quien aspire a la presidencia decline a querer ser candidato. “Yo me comprometo a no estar en la boleta electoral, pues la dirigencia no debe usarse como trampolín”.

Dijo que no se puede negar el declive que el PRI registró en 2018 al sufrir la peor derrota en una elección presidencial en la historia al obtener sólo 9 millones de votos cuando en 2012 sumaron 18 millones, y obtener apenas 47 diputaciones y 14 senadurías en esta ocasión.

“No se puede negar la realidad del PRI y primero debemos de reconocer el problema para poder resolverlo. Tenemos que reconocer que fallamos, que nos equivocamos por gente inapropiada que le falló al partido. Ha habido simulación y duele decirlo, pero hay que terminar con ello para ser congruentes”, precisó.

Sobre el método para elegir al nuevo presidente nacional del PRI dijo estar de acuerdo que sea a través de la consulta a la militancia, pero “el problema es de instrumentación: ¿con qué padrón?”, preguntó al recordársele que en el INE sólo lograron demostrar poco más de un millón de militantes contra los 6.3 millones que dijeron tener el año pasado.

Finalmente, se manifestó en contra de quitarle el financiamiento público a los partidos políticos, como ahora lo propone en el Poder Legislativo el partido Morena. “La Constitución dice que los partidos políticos son entes de interés público y como entes de interés público debemos recibir prerrogativas. Y el no recibirlas metería al país en situaciones no pertinentes”, concluyó.