Ayer en la red social de Twitter se aseguró que Enrique Alfaro Ramírez no acudió al Zócalo capitalino a apoyar a Andrés Manuel López Obrador -después de su viaje a Italia a donde acompañó a Marcelo Ebrard- y que fue visto en la Vía Recreactiva.
No hubo desmentido por la misma vía por parte del aludido.
A muchos no les extrañó que Alfaro Ramírez no correspondiera el apoyo que López Obrador le otorgó durante su campaña a la gubernatura en varias ocasiones, presentándolo como el mejor candidato de la izquierda a ignorando a Fernando Garza Martínez como el candidato a la gubernatura por el partido que le acercó el mayor número de votos, el de la Revolución Democrática.
Aseguran que esa ha sido la constante del ex munícipe de Tlajomulco a lo largo de su carrera política y que ésta no tenía por qué ser la excepción.
Pero para otro, los menos, la ausencia de Alfaro Ramírez fue simplemente el mensaje de que “pintaba su raya” con la nueva decisión de Andrés Manuel de “romper” con los partidos que siempre lo apoyaron -PRD, PT y PMC- para crear ahora su nuevo partido surgido de su Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).
Creo que ambos tienen razón: por un lado, nada extraño es que Enrique Alfaro le dé la espalda a quien alguna vez lo apoyó; por el otro, obvio es que nada quiere saber de un nuevo partido cuando en Jalisco será el dueño y amo de la franquicia del Partido Movimiento Ciudadano -no obstante su aversión en teoría a los partidos políticos- que prácticamente le “regaló” Dante Delgado Rannauro.
Y es que será desde este partido político -el del Movimiento Ciudadano- del que Alfaro comience a construir su aspiración a ser el candidato a la presidencia municipal de Guadalajara en el 2015, y para ello ha decidido -se asegura en los propios corrillos del partido dante-alfarista- colocar como dirigente a su amigo Hugo Luna, quien habría reclamado para sí dicho espacio.
Sí, no obstante que en el discurso Alfaro manifiesta su aberración a los partidos políticos a los cuales jamás en su vida, ha dicho, volverá a militar, todo indica que será el “dueño” en Jalisco de un partido político que le zanjará el camino a la candidatura a la alcaldía tapatía con miras a “lópezobradorizarse” y buscar por segunda ocasión ser el candidato a la gubernatura en el 2018.
Alfaro Ramírez hoy dará su versión y revelará su postura en torno a la decisión de López Obrador, pero la verdad es lo que les acabo de contar: él tendrá su propio partido político -por cotersía de Dante Delgado- bajo el cual se “cobijará” rumbo al 2015.
Y si no me creen, al tiempo.