La vida institucional de Jalisco, como la del país, deja en una sola mano -la del titular del Poder Ejecutivo- demasiadas decisiones.
Considerando que en un porcentaje de estas decisiones el gobernador en turno puede equivocarse, las cosas que están en riesgo son demasiado importantes como para no tomarlas en cuenta.
Por ejemplo, el próximo gobernador de Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, tendrá que tomar en la próxima semana decenas de decisiones para designar, en su gabinete central y ampliado del Gobierno de Jalisco, a quienes habrán de ocupar los cargos para arrancar la próxima administración estatal.
El problema es que las decisiones abarcan temas y asuntos tan variados como la seguridad pública y el fideicomiso para la Orquesta Filarmónica de Jalisco; la administración de los reclusorios del estado o el Fondo Estatal de Apoyo a las Exportaciones; el titular de la Procuraduría General de Justicia o del Instituto Cultural Cabañas; la política de movilidad en la zona metropolitana y el titular de la Secretaría de Vialidad y Transporte o el consejo del Hogar Cabañas.
Tan sólo en lo que respecta a los nombramientos de las dependencias más importantes del gobierno estatal, Sandoval Díaz deberá designar en las próximas semanas a los titulares de las siguientes secretarías, General de Gobierno, de Finanzas; de Planeación; de Desarrollo Urbano; de Desarrollo Rural; de Promoción Económica; de Turismo; de Educación; de Cultura; de Salud; de Vialidad y Transporte; de Administración; de Seguridad Pública; Prevención y Readaptación Social; de Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable; del Trabajo y Previsión Social; y de Desarrollo Humano, además de los subsecretarios, directores generales y directores de área de cada una de ellas.
Asimismo a los titulares de la Contraloría del Estado, proponer en su momento al de la Procuraduría de Desarrollo Urbano, de la Procuraduría General de Justicia y de la Procuraduría Social.
Además de eso participa en las decisiones respecto de la elaboración del Plan Estatal de Desarrollo; del Programa Carretero Estatal; las Declaratorias de Areas Naturales Protegidas de Interés Estatal; el Sistema Estatal de Áreas Naturales Protegidas en el Estado; la Red de Parques Estatales; el Sistema Hospitalario Estatal; la asignación de las tarifas para autobuses del servicio público de transporte de pasajeros, urbano, metropolitano y suburbano, de carga y taxis; el Servicio Civil de Carrera; el Sistema Estatal de Asistencia Social y los nombramientos, licencias, destituciones, renuncias y jubilaciones de servidores públicos que no se atribuyan expresamente por la ley a otras dependencias gubernamentales.
Y aunque parezca exhaustivo este recuento, que se quedará finalmente corto, también tendrá la decisión fundamental en la designación de los titulares o en la políticas que ejecuten instituciones como el Registro Público de la Propiedad, la Dirección del Patrimonio Inmobiliario del Estado, la Dirección del Registro Civil del Estado, el Instituto Jalisciense de Asistencia Social, la Comisión Agraria Mixta, el Sistema para el Control y Preservación de la Calidad del Agua de la Cuenca Lerma-Chapala-Santiago, el Consejo de la Zona Metropolitana de Guadalajara, el Fideicomiso Fondo Jalisco, el Instituto Cultural Cabañas, el Sistema de Transporte Colectivo de la Zona Metropolitana y el Sistema de Tren Eléctrico Urbano.
Como se ve, son demasiadas -y muy variadas- las decisiones que se dejan en las manos de una persona: el gobernador del estado.
Pensar que una persona, por muy preparada que estuviera, es capaz de tomar las mejores decisiones en la mayoría de estos asuntos, resulta verdaderamente ingenuo.
Por eso resulta evidente que el sistema institucional de Jalisco sigue mal diseñado Y esto también explica porqué administraciones van y vienen sin que los problemas del estado se resuelvan.
Dejar en una sola persona todas estas decisiones, más las otras decenas que se dejan en las manos del gobernador del estado, y creer que éste podrá tomar las mejores decisiones en la mayoría de ellas, es tan irresponsable institucionalmente como lo es creer en Superman.