¿Deveras está vencido Fernando Guzmán Pérez Peláez a 38 días de celebrarse la elección de Gobernador?
¿Ya podemos dar como seguro ganador a Jorge Aristóteles Sandoval Díaz cuando al arranque de la segunda mitad del período de campaña mantiene una amplia ventaja a sus seguidores en las diversas encuestas hasta ahora públicas?
¿Es posible creer que contra toda lógica un candidato, como Enrique Alfaro Ramírez, puede tener serias posibilidades de ganar la contienda o convertirse en un serio contendiente cuando los partidos que lo postulan son prácticamente inexistentes en Jalisco y su fuerza está en los medios de comunicación y en algunos promotores personales que tiene en ellos?
Planteo las anteriores preguntas por lo que he recogido de los militantes o seguidores de Aristóteles y Enrique, que contrasta con las emitidas por los de Fernando.
Los guzmanistas, pese a todo lo que han enfrentado en esta campaña, están confiados y seguros de que su candidato se levantará con la victoria el uno de julio próximo. Sorprende y desconcierta la certeza y la seguridad con que lo afirman y auguran. Ellos no advierten, al menos en la misma magnitud, el escenario pesimista y lleno de inconsistencias, obstáculos y problemas que se advierte al exterior y que vemos quienes nos encontramos del otro lado.
Hasta pareciera que sólo ellos saben -y así parece ser-, lo que se avecina en los próximos días, pero particularmente a partir del inicio del próximo mes, junio, suficiente para catapultar a su candidato no sólo alejándose del segundo lugar en el que aseguran que encuentra actualmente sino para reconfirmar que, como lo hicieron Francisco Ramírez Acuña y Emilio González Márquez, saldrá victorioso tras superar al puntero Sandoval Díaz.
Y es que también los panistas están confiados en que tener el gobierno y mantener el poder, es una herramienta que sabrá ponerse en activo en el momento indicado.
En cambio, hay priistas, e inclusive algunos aristotelistas, que “no cantan victoria” ni “echan las campanas al vuelo”.
Primero, porque ellos son sabedores de lo que significa tener el poder y el gobierno y saben que desde ahí pueden hacerse muchas cosas para apuntalar al candidato panista, y no descartan un posible “golpe” en contra del abanderado priista con la fuerza suficiente como para tambalearlo de la posición en que actualmente se encuentra.
Segundo, no ignoran la gran cantidad de “heridas abiertas” que dejó el ex dirigente Rafael González Pimienta en la selección de candidatos a las alcaldías del resto del estado o en la integración de las planillas municipales; muchos inconformes quedaron tras esta operación que no desertaron del partido, que se quedaron en él para desde ahí hacer labor de zapa en contra del candidato elegido.
Otros, por supuesto, son hoy candidatos de otros partidos con muchas posibilidades de ganar o, bien, basta simplemento esto para dejar abierto un gran “boquete” en las filas priistas.
Aquí el nuevo dirigente, Eduardo Almaguer, tendrá que hacer una labor no sólo titánica sino contra reloj para tratar de cerrar dichas heridas y sumar a los inconformes e, incluso, convencer a quienes se fueron de regresar nuevamente al seno del tricolor.
Y qué decir de los alfaristas. Reconocen y resienten la falta de acceso a los grandes medios de comunicación masiva contra los tiempos que en ellos tienen sus adversarios del PRI y del PAN. Aceptan que esa es una muy grande desventaja que enfrentan y que cada vez pesa más.
Otra desventaja, que no es menor, es el desconocimiento que tienen de su candidato en una gran cantidad de municipios fuera de la zona metropolitana y en donde les ha costado mucho trabajo entrar, a lo que se le suman otros factores más: uno, que mucha gente cree que es el candidato del PRD y que existe el riesgo de que marquen el logo de este partido en la boleta el día de la elección; dos, que los dos partidos que lo postulan, Movimiento Ciudadano y del Trabajo, prácticamente no existen en el resto del estado o su presencia es pírrica.
La verdad es que a 38 días de la elección, más valdría no asegurar que la elección por la gubernatura ya está decidida. En 38 días muchas cosas pueden suceder aun. Y como me dijo un distinguido priista, no olvidemos que una fecha clave para ello es después del 30 de mayo, cuando de acuerdo a la ley ya no puede haber sustitución de candidatos.