Descartada en definitiva la posibilidad de que desaparezcan los diputados plurinominales, como ha sido la demanda de no pocos, hoy en el marco de la discusión-negociación de la reforma política-electoral se abre otra discusión en torno a esta figura legislativa: ¿plurinominales de lista o de repechaje?
La figura del legislador plurinominal o de mayoría proporcional ha sido, en los últimos años, motivo de descalificación y de discusión en torno a si debe seguir o no vigente. En la Cámara de Diputados se han presentado infinidad de iniciativas que van desde su reducción en determinado porcentaje hasta su desaparición.
Fue el ex mandatario panista, Francisco Ramírez Acuña, uno de los varios que en San Lázaro presentaron una iniciativa al respecto, pero no tuvo mayor eco y quedó “congelada”.
Aquí en Jalisco el tema no a pasado de declaraciones y discursos, pero no recuerdo que haya en el archivo legislativo alguna iniciativa para desaparecer o reducir el número de diputados plurinominales. Y si la hay, ha corrido la misma suerte que la de Ramírez Acuña: “duerme el sueño de los justos”.
Quienes hoy demandan que los diputados plurinominales lleguen por la vía de la lista, argumentan que esta figura es de los “partidos” y que como tal debe aplicarse, considerando que quienes contienden por llegar mediante los votos saben que la ciudadanía decidirá mayoritariamente por uno de ellos y los demás simplemente no son avalados por esa mayoría, de ahí que no existe razón alguna para que lleguen al Poder Legislativo los segundos mejores lugares.
Además, dicen, se ha llegado al absurdo de tener más de un diputado por el mismo distrito.
A ello habría que considerar que los partidos políticos reservan para esa lista a sus mejores hombres, a los de mayor experiencia, a verdaderos operadores y negociadores. Y eso es en todos los partidos, no es exclusivo de uno de ellos.
Quienes se inclinan por los plurinominales de “repechaje” alegan que nada es más justo que llegar al Congreso por la vía de los votos, aunque no sea mayoritariamente; que lleguen aquellos que hicieron campaña, que sudaron, que buscaron convencer a la ciudadanía, que recorrieron calles, que tocaron puertas…
Sí, pero… ¿merecen llegar aquellos que la ciudadanía no quiso que llegaran por la vía del voto mayoritario? Quienes dicen que no, abundan que la llegada de diputados de “repechaje” es una distorsión del tamaño de quienes llegan al Senado por la vìa… ¡plurinominal!
Y en esto, estoy de acuerdo.