Fuera de las filas del Partido Acción Nacional al que decidió ya no reafiliarse, Eduardo Rosales Castellanos le responde al ex gobernador Alberto Cárdenas Jiménez que dijera que se fueron del PAN los “arribistas y chambistas”:
“Es una declaración que respeto, pero me parece que mi última candidatura fue en 1997, o sea hace 16 años que fui candidato, cosa que Alberto Cárdenas no puede presumir.
“Respeto su opinión, pero me parece que como muchos otros comentarios de Alberto Cárdenas, le hace falta analizar un poco más lo que habla…”.
Y reprueba también la aparición de esta corriente panista en la que además de Cárdenas Jiménez están Tarcisio Rodríguez Martínez, Miguel Ángel Martínez Espinoza y otros personajes más:
“Hoy creo que el trabajo por el partido se tiene que hacer junto con la dirigencia y no de forma paralela como se está haciendo, como tampoco debe ser a la luz de los asuntos internos. ¡El PAN es un partido que se la pasa viéndose el ombligo! El PAN necesita voltear a ver al ciudadano, porque cientos de miles de ciudadanos que antes votaban por el Acción Nacional han decidido votar por otro partido o por algún candidato de otro partido.
“No creo que sea dividiendo más, como se va a ayudar a una institución -advirtió el otrora dirigente panista-, y sin hacer un análisis de fondo, cayendo en una conclusión simplista de: ¡Ah! como éstos eran malos, entonces se perdieron las cosas”.
Rosales Castellanos dijo que los panistas que hoy critican lo que sucede en el PAN corren mucho riesgo, “porque muchas de las cosas que el ciudadano critica ocurrieron bajo el gobierno de esta gente que estaba en la mesa (que busca reactivar al partido).
“No se trata ni que ellos u otros sean culpables, sino que a lo mejor todo el sistema del partido permitió prácticas internas y prácticas como gobierno que el ciudadano terminó rechazando. Lo que se tiene qué pensar es cómo cambiar esa dinámica del partido, no el de sustituir unos por otros”.
Sobre si Cárdenas Jiménez y demás integrantes de esta corriente tenían la autoridad moral para emprender la reactivación del PAN, Eduardo Rosales dijo que “nadie puede abrogarse ninguna autoridad moral mientras se está trabajando afuera de la institución.
“Me parece que todos los que han ejercido cargos públicos se les podrían encontrar errores en su gestión, y bajo esa óptica ya no tendrían autoridad moral”.