Y… ¿dónde están los alfaristas?
Esta es la pregunta que no pocos se hacen ante el silencio que tras el fin de las pasadas precampañas han matenido los alfaristas.
Desde Enrique Alfaro Ramírez hasta los demás integrantes de la “burbuja” alfarista -que no pasan de una decena- han hecho caso omiso a las provocaciones, a las críticas y demás señalamientos en su contra a través de algunos medios de comunicación o de las redes sociales.
El silencio ha sido su divisa durante estas últimas semanas, salvo esporádicas apariciones en Twitter o Facebook, pero sólo para referir temas que nada tienen que ver con el proceso electoral venidero o las aspiraciones de cada uno de ellos.
Salvo el neoalfarista regidor con licencia en Zapopan, Augusto Valencia López -que parece no tiene otro quehacer que azuzar, criticar y “golpear” a sus adversarios en Twitter-, los verdaderos hombres de Alfaro se han retirado de la palestra pública. Ni Ismael del Toro, Alberto Uribe, Enrique Ibarra,, Salvador Caro, Clemente Castañeda y ni Hugo Luna han dicho “esta boca es mía”.
Tampoco candidatos como Salvador Zamora, Héctor Álvarez, Alberto Esquer y ni Víctor Sánchez han hecho declaraciones públicas sobre las referencias en contra del alfarismo.
Claro que este silencio, primero, extraña porque desde el propio Alfaro hasta varios más de su primer círculo son adictos a reaccionar violentamente de manera verbal a cualquier señalamiento en su contra; y, segundo, porque a más de uno inquieta y se preguntan qué estarán tramando los alfaristas previo al arranque de las campañas electorales.
Vamos, hasta sus “francotiradores” en redes sociales tan propensos a descalificar, reaccionar, responder y atacar-“golpear” a todo aquel que no esté de acuerdo con el alfarismo, han guardado silencio.
Claro, algunos de ellos aprudentaron y guardan silencio tras que fueron “encuerados” y evidenciados de que mientras “golpeaban” con la derecha, estiraban la izquierda.
¿Dónde éstan, pues, los alfaristas puros y los oportunistas, que han decidido atrincherarse, guardar silencio y no dejarse provocar por sus adversarios? se pregunta más de uno.
Sin duda que pronto tendremos la respuesta. Al tiempo.