Eduardo Almaguer Ramírez, fiscal general del Estado, tiene todo el derecho como ciudadano de aspirar a ser candidato a la presidencia municipal de Guadalajara o a la misma gubernatura, pero sin duda que sus posibilidades -como la de todos los demás aspirantes a ambos cargos- dependerán del buen papel que desempeñe en la responsabilidad que tiene actualmente.
Los ciudadanos demandamos de la Fiscalía del Estado seguridad, un combate efectivo a la delincuencia y la integración correcta de averiguaciones previas que lleven a los hampones a quedarse bajo las rejas. De eso también depende el reconocimiento de la ciudadanía al buen trabajo de quien encabeza este sector.
Pero cuando un Fiscal General tiene aspiraciones políticas y cae en la tentación de desviar su atención hacia el manejo mediático no de su actuación, pues vale que se propaguen los “golpes” a la delincuencia, sino de sus declaraciones, entonces comienza a ser preocupante y se corre el riesgo de que les salga “el tiro por la culata”, para hablar en términos de la seguridad pública.
Con sus declaraciones “tronantes” en contra de los magistrados de la Sexta Sala del Supremo Tribunal de Justicia, que preside el ex presidente del Poder Judicial, Celso Rodríguez González, por haber revocado el auto de formal prisión que el Juez Octavo Criminal dictó en contra de tres presuntos secuestradores y amenazar con presentar una denuncia penal en su contra por esta decisión, el fiscal Almaguer Ramírez sufrió un severo “descalabro” por andar de acelerado.
Porque no sólo no verificó, antes de hablar y amenzar a los magistrados, que las averiguaciones hayan quedado bien integradas sino que ahora nos enteramos que uno de los acusados de un secuestro ya estaba en la cárcel cuando supuestamente sucedió el delito, amén de que los tres acusados no fueron identificados por sus víctimas como los victimarios.
Al menos así lo aseguró a los medios de comunicación el magistrado Celso Rodríguez, que fue el primero en salir públicamente -cosa rara en los magistrados- a enfrentar  la amenaza o advertencia del fiscal Eduardo Almaguer.
Y luego ayer, frente al propio Almaguer Ramírez y con el mismo gobernador Jorge Aristóteles Sandoval como testigo de honor, el presidente del Poder Judicial, Juan Carlos Vega Pámanes, le recetó al Fiscal la segunda andanada, al subrayarle nada menos que en la inauguración  de las salas de juicios orales en Tonalá, que sólo los jueces son los encargados de determinar culpas. Textualmente dijo:
“Seamos claros y transparentes con la sociedad. Los únicos que pueden y deben determinar si una persona es responsable de un acto delictivo son los jueces y los magistrados. Los derechos de las personas no se negocian y no se someten al criterio público mediático, no son un obstáculo para la justicia…”.
Hay que reconocer que Vega Pámanes calculó muy bien no sólo sus palabras sino el escenario en el que las expresaría, quizás por eso el primero en salir a responderle al fiscal Almaguer fue el magistrado presidente de la Sexta Sala, Celso Rodríguez. Y el “golpe” de Vega Pámanes al Fiscal General fue contundente; tanto, que salió “al quite” el propio gobernador Aristóteles Sandoval para pedirle a ambos funcionarios que no desgastaran a las instituciones con estos enfrentamientos.
¿Por qué Eduardo Almaguer no abordó éste asunto de manera institucional con Vega Pámanes o con los propios magistrados de la Sexta Sala para conocer las razones de haber dejado en libertad a tres presuntos delincuentes? ¿Por qué sale a los medios de comunicación a vociferar en contra de los magistrados?
Creo que por lo inquieto que anda por lograr concretar su aspiración de estar en la boleta electoral en el 2018. Pero por supuesto que ese no es el camino, sino el de una buena actuación, el de entregar buenas cuentas a la ciudadanía en el combate a la delincuencia y reducción de los índices y percepción de inseguridad.
Ojalá y esta experiencia le sirva a Eduardo Almaguer para calmar sus ansias de “novillero”, concentrarse en su trabajo y esperar a que lleguen formalmente los tiempos electorales. De no ser así, seguirá cometiendo errores que lo desgastarán a él y a la institución que preside, y dquedará, por tanto, fuera de cualquier posibilidad de aparecer en las boletas del 2018.
Al tiempo.