Están por cumplirse 15 días de la jornada electoral con los resultados ya por todos conocidos, pero hay un pendiente que será cuestión de tiempo para abordarlo, analizarlo, discutirlo y llegar a una conclusión, y es la actuación de quien fungió como “árbitro” electoral, pues al parecer ni quienes ganaron están satisfechos con su labor… mucho menos los que perdieron.
Tanto la Junta Local del INE Jalisco como el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana han resaltado y destacado el desarrollo de unos comicios en paz, sin sobresaltos, sin sorpresas y con los incidentes normales de una elección, abrogándose, por supuesto, la autoría de esa tranquilidad electoral.
También han subrayado el hecho de que la violencia no haya aparecido aquel domingo siete y que los partidos políticos no hubieses colocado a la autoridad electoral como el malo de esa jornada… ese día domingo.
Es cierto que en estas elecciones, tanto las intermedias como en las que también se eligen presidente de la República, gobernador y senadores sexenales, poco o nada se quejan los protagonistas de la actuación de la Junta Local del INE que hoy encabeza Carlos Manuel Rodríguez, pero como es natural no se puede decir lo mismo de la autoridad local, el IEPC, que aquí preside Guillermo Alcaraz Cross.
Y es ésta última autoridad, la local, la que en las próximas semanas será sometida al escrutinio de los partidos políticos, de los candidatos ganadores y perdedores y de los medios de comunicación. No se analizará el trabajo macro, sino el detalle, los movimientos y decisiones finos con los que algunos protagonistas pudieron haberse sentido afectados.
Por supuesto que nadie puede acusar al IEPC de haber sido determinante en el triunfo o la derrota de algún partido político o candidato enm particular, pero quienes saben los “entretelones” de este proceso, quienes conocen cómo se mueven los “hilos” detrás de éste órgano electoral, pero sí hay quienes sospechan de que su actuación no fue del todo imparcial.
Reitero: y esto lo concluyen tanto ganadores como perdedores.
Por eso digo que es cuestión de tiempo, de esperar a que concluya todo el proceso electoral -o sea hasta que resuelva la última instancia electoral-, para entonces conocer los pormenores de lo que observaron los participantes en esta proceso en la conducta y participación del IEPC y sus integrantes del Consejo General.
Hay que esperar a que las aguas vuelvan a su cauce, no hay que precuipitarse para realizar la valoración del trabajo de Alcaraz Cross y sus compañeros del Consejo.
Y, la verdad, parece que no saldrán muy bien librados ante el juicio de loos participantes en la jornada electoral,, aunque ellos piensen lo contrario. Al tiempo.