¡Que paradoja! El panista más popular en la historia de Acción Nacional en Jalisco, Alberto Cárdenas Jiménez, hoy está solo.
En su demanda -exigencia, cabe decir- porque se anule la elección donde perdió la presidencia municipal de Guadalajara frente al priista Ramiro Hernández García,el primer gobernador del PAN en la entidad ha deambulado  de aquí para allá en busca de que alguien le haga “eco”… pero lo único que recibe es un sepulcral silencio.
Nadie lo secunda. Y quienes lo han hecho es más en función a una mera “cortesía política” por llamarse Alberto Cárdenas Jiménez. Y ese es el caso de Cecilia Romero, secretaria general del CEN; Miguel Ángel Monraz Ibarra, dirigente estatal; y Carlos Tiscareño, presidente del Comité tapatío.
Pero los tres no han ido más allá del discurso, de la declaración, del dicho.
Y  de ahí no han pasado porque están convencidos de que los argumentos de Cárdenas Jiménez son muy endebles y no dan para anular la elección como él lo demanda; porque están convencidos de que perdieron con votos en las urnas y con una diferencia suficiente como para que aun anulando algunos de ellos, el triunfo siga en manos del candidato priista.
¿Y su planilla? Salvo Sergio Tabares, el resto de los integrantes de la misma no se han atrevido a decir públicamente ni una sola palabra a favor Cárdenas Jiménez porque no saben qué decir, porque su voz no tendrá ninguna repercusión al interior del PAN porque prácticamente no son ni militantes y, lo que es peor, porque simple y sencillamente están alejados de la sociedad tapatía.
Ese fue otro error de Alberto Cárdenas: la designación de quienes integraron su planilla. Es una planilla que se quedó estancada en los 90’s.
Ninguno de ellos tiene cercanía con la militancia del PAN y mucho menos con los ciudadanos. Ninguno de ellos le dicen nada a los tapatíos. No los conocen, no saben quiénes son, no tienen el menor antecedente de ellos ni les interesó saberlo.
Hoy esa es la realidad de Alberto Cárdenas Jiménez, quien se “estrellará” otra vez con ella cuando el Tribunal Electoral del Estado emita su fallo y deseche su exigencia de anular la elección en Guadalajara, fallo que los propios panistas saben que sería ratificado en las siguientes dos instancias: la Sala Regional Guadalajara y la Sala Superior, ambos del Tribunal Electoral federal, si el panista decide recurrir a ellas.
Esa es la realidad, triste hoy, del panista más popular de Jalisco…