El poder del periodista no está basado en el derecho a preguntar, sino en el derecho a exigir respuestas“. Milan Kundera en “La Inmortalidad”.

El 3 de junio de 2017, en su visita a la colonia Lomas del Gallo como alcalde de Guadalajara, Enrique Alfaro Ramírez estalló:

“Quiero ver a todos esos que escriben tantas cosa de mí, al Mural, al NTR, a La Crónica, a todas esas basuras que escriben cosas todos los días, denigrando, ofendiendo, atacando. Quiero ver qué han hecho ellos como esto (las obras), que le llegue a los talones para cambiar la realidad…”.

De entonces a la fecha, los desencuentros de Alfaro Ramírez con el periódico El Diario NTR Guadalajara, que dirige el periodista Guillermo Ortega Ruiz, han sido reiterados y provocados por su nula tolerancia a la crítica del matutino que ha mantenido la política editorial que desde su fundación lo ha caracterizado: el del periodismo crítico.

Así lo ejerció durante el gobierno de Jorge Aristóteles Sandoval Díaz y así lo ejerce ahora en la administración de Enrique Alfaro, quien de “basura” lo llamó luego “mentiroso” y ahora lo desdeña refiriéndose a él como “periodiquito”. Pero en los tres casos, la causa de su reacción ha sido la misma: su intolerancia a la crítica periodística, pero a una crítica periodística fundamentada en pruebas que no han logrado refutar con pruebas en contrario.

La salida ha sido su descalificación como medio de comunicación y su calificación como reacción del gobernante.

A diferencia de su actitud frente a otros medios de comunicación impresos o electrónicos, a los que alguna vez los descalifica por la información desfavorable para él y en otras los pone de ejemplo -muy al estilo lópezobradorista-, cuando la información le es favorable, para El Diario NTR Guadalajara sólo ha tenido descalificaciones, quizás por la contundencia de la información crítica que o no le es favorable o no es de su agrado.

A tres días de cumplir apenas cuatro meses en la gubernatura, Alfaro Ramírez advirtió ayer a los reporteros una sentencia hacia El Diario NTR Guadalajara:

“Nada más les digo una cosa: durante muchos años he hecho una carrera política y ningún periodiquito va a inventarme una historia de corrupción…”.

Esa es la visión del Gobernador de Jalisco. Cree que en particular un “periodiquito” está interesado e inmerso en inventarle “una historia de corrupción”, simplemente porque ese “periodiquito” ha puesto en evidencia públicamente una sospechosa y, por tanto, cuestionada licitación para el arrendamiento de maquinaria para el campo donde se han descubierto los tentáculos del “amiguismo” y del propio “alfarismo”, con una serie de protagonistas cuyo papel deja al descubierto una red de intereses particulares en una operación que alcanza los 3 mil 600 millones de pesos.

Sin duda que llama la atención que un “periodiquito” haya sacudido apenas a cuatro meses de iniciado, al gobierno alfarista cuya bandera de campaña fue que sería diferente a los gobiernos que le antecedieron y que emprendería una batalla contra la corrupción.

Un “periodiquito” que ha sido un dolor de cabeza…