El dirigente estatal del PRI, Rafael González Pimienta, anunció hace algunas horas que el próximo sábado se conocerá el método que decidirán para elegir a sus candidatos a la gubernatura, a lad diputaciones locales y a las presidencias municipales.
No se necesita ser adivino para atrevernos a pronosticar, primero, que no será mediante un proceso abierto como el PRI elegirá a sus candidatos; segundo, que el método más viable para hacerlo será el de asamblea de delegados, a fin de tener un mejor control de las decisiones a tomar.
Y es que hay que entender que en la imaginaria de que hoy el PRI tiene amplias posibilidades de recuperar el poder en Jalisco, no se atreverá a “jugar” a la “ruleta rusa” o darse “baños de demócrata” abriendo a la ciudadanía en general la decisión de quiénes deben de ser sus candidatos.
Pese a los desencuentros que aseguran existen entre los dos principales aspirantes a la candidatura presidencial -Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones-, el priismo en el país prvilegiará la unidad por encima de todo. Y de eso se encargarán las cúpulas priistas -nacional y estatal-, a fin de evitar que las disputas por las candidaturas eche por la borda sus posibilidades de volver a Casa Jalisco.
Y para asegurar que eso no suceda, es que habrá espacios para todos los aspirantes. O para la mayoría, concretamente para quienes se crea que tienen los méritos para ello.
De eso se trató la “encerrona” que sostuvieron los siete aspirantes a la gubernatura con la dirigencia nacional, encabezada por Humberto Moreira, días atrás. De ellos, sólo uno será el candidato al gobierno estatal, los otros cinco, sin embargo, alcanzarán algo de lo que se repartirá.
Y si no, al tiempo.