Inesperadamente el pasado viernes por la noche el Teatro Degollado se convirtió en el termómetro de la popularidad del gobernador Emilio González Márquez, y la verdad salió reprobado.
El Mandatario estatal se llevó una larga rechifla de la mayoría de los asistentes cuando hizo uso de la palabra en el concierto del jazzista norteamericano Kenny Garret, con el que se abría el Festival Cultural de Mayo 2011.
Cuando González Márquez comenzó a hablar, al mismo tiempo inició la rechifla de los asistentes -muchos jóvenes entre ellos-  que poco a poco subió de intensidad, al grado de que fue necesario, primero, que algunas otras personas asistentes comenzaran a pedirles silencio a los que silbaban y, posteriormente, que desde el sonido del teatro solicitaran silencio para que el Gobernador pudiera seguir hablando.
Sólo así fue posible que el Gobernador concluyera su intervención y se diera paso luego al extraordinario concierto de Garret, de quien las crónicas culturales en los medios de comunicación alabaron su extraordinaria interpretación musical.
Crónicas que, por supuesto, no sólo no mencionaron la “rechifla” para el Mandatario estatal sino que ni siquiera consignaron su presencia y participación.