Un mes después de que Manlio Fabio Beltrones Rivera entregó el gobierno de Sonora  a su sucesor Armando López Nogales, llegó a aquella entidad como delegado general del CEN del PRI el entonces senador de Jalisco, Eugenio Ruiz Orozco, dos años después de haber perdido la elección por la gubernatura frente al panista Alberto Cárdenas Jiménez.
Beltrones Rivera fue gobernador de Sonora del 22 de octubre de 1991 al 12 de septiembre de 1997. Ruiz Orozco fue delegado del PRI en Sonora de octubre de 1997 a mayo de 1999, durante la dirigencia de Mariano Palacios Alcocer y la presidencia de Ernesto Zedillo Ponce de León.
O sea, no coincidieron en el terruño del hoy dirigente nacional del Revolucionario Institucional. Cuando uno acababa de salir, el otro apenas iba llegando.
Ayer, mientras quien le ganó la gubernatura en 1995 -Cárdenas Jiménez- se encuentra en el ostracismo al dejar de ser regidor en Guadalajara y no lograr ser diputado local plurinominal como quería, Ruiz Orozco resurge al escenario político al ser nombrado delegado regional del PRI en el occidente, tras su paso como presidente del club Atlas del que es seguidor nada menos que el primer gobernador del PAN en Jalisco.
Las especulaciones sobre quién o quiénes forjaron el nombramiento de Ruiz Orozco en sustitución del colimense Fernando Moreno Peña, no se hicieron esperar:

  • 1. Que el senador Arturo Zamora Jiménez, en su calidad de secretario de Acción Electoral del CEN.
  • 2. Que el ex alcalde de Guadalajara y hoy delegado del PRI en Sinaloa, Ramiro Hernández García.
  • 3. Que Zamora Jiménez y Hernández García hicieron alianza ante Beltrones Rivera a favor de Eugenio.

“Haiga sido como haiga sido”, como dijera el michoacano, Eugenio Ruiz Orozco aparece nuevamente en la palestra política tras su infructuoso intento por ser candidato del PRI a la presidencia municipal de Guadalajara en 2009, seis años después -en 2002- de haber anunciado su retiro de la política para cargos de elección popular con el propósito de dedicarse a ejercer su profesión como notario público.
En aquella ocasión, sin elección de por medio, Ruiz Orozco perdió la contienda frente a Jorge Aristóteles Sandoval Díaz por decisión de la entonces presidente nacional Beatriz Paredes Rangel.
El nombramiento de Eugenio como delegado regional del CEN se registra en el marco del morbo que provoca la ausencia del gobernador Jorge Aristóteles Sandoval, quien venía en camino de una gira de varios días por Japón, y el distanciamiento que se asegura existe entre ambos desde que como alcalde de Guadalajara (1986-1988) Ruiz Orozco despidió del Ayuntamiento al entonces inspector municipal y hoy magistrado del Poder Judicial, Leonel Sandoval Figueroa, padre del Mandatario estatal.
Resulta difícil creer que sabedor de este antecedente y de la no buena relación entre Aristóteles y Eugenio, Manlio Fabio haya decidido designar delegado a Ruiz Orozco sin consultar a Sandoval Díaz, quien quizás no tuvo otra opción que respetar la decisión y facultad del dirigente nacional de su partido.
La primer gran prueba que deberá de enfrentar Eugenio es la elección extraordinaria por la gubernatura de Colima, aunque sabemos que nunca el trabajo del delegado del CEN es factor decisivo para el triunfo o la derrota, pero una cosa u otra termina por achacársele al currículum de quien es responsable de este cargo.
Si el PRI gana la elección en Colima, entonces habrá que prepararse para ver un escenario político en el tricolor totalmente distinto al que hemos observado hasta el momento, pues entrando el año estaremos atestiguiando el relevo de Hugo Contreras Zepeda como dirigente estatal. Al tiempo.